Por muchos armarios que tengamos en casa nunca parecen suficientes. En la búsqueda de nuevos espacios para almacenar, la cama parece un lugar idóneo, ya que en la parte inferior disfruta de un hueco —casi siempre— infrautilizado que permite guardar elementos voluminosos y queda totalmente oculto. Precisamente por eso, cada vez son más los modelos de cama que incorporan elementos como arcones abatibles o cajones.
El principal beneficio del almacenamiento debajo de la cama es que no invade el espacio del suelo disponible en tu dormitorio (como una cómoda, por ejemplo), sino que queda oculto para evitar estropear o afear la decoración. En vez de tener que guardar esas pertenencias en el desván o el garaje, colocar artículos debajo de la cama implica que los sigues teniendo a mano y además no correrán el riesgo de que se estropeen con la humedad o plagas de bichos.
También es sumamente útil para dormitorios pequeños, ya que la cama tiende a ser el elemento más grande en un dormitorio, y en uno especialmente pequeño es importante buscar formas inteligentes de almacenamiento.
El objetivo del almacenaje bajo la cama es optimizar un espacio no utilizado, por lo que elegir el correcto (o los correctos) accesorio, es clave. A continuación, desglosamos los tres elementos más importantes a tener en cuenta.
Si bien una caja simple funciona perfectamente bien para el almacenamiento debajo de la cama, te aconsejamos optimizar tu compra buscando cajas y contenedores que te faciliten un poco más la vida. Los más útiles, en nuestra opinión, incluyen asas en todos los lados, cremalleras dobles, bolsillos para etiquetas, tapas con cerradura, ruedas y más.
Si en tu dormitorio tenés poco espacio de almacenaje, habrás descubierto lo útiles que son los huecos debajo de la cama y que son una de las mejores ideas para aprovechar el espacio en dormitorios pequeños. Básicamente, es como dormir encima de un armario. Pero también sucede que si no se utiliza correctamente pueden convertirse en un arma de doble filo.
Para ayudarnos a sacar el máximo partido de estos espacios de almacenaje, podemos recurrir a una regla de orden que han resumido en tres letras: SPE. Vamos a ver paso por paso (y letra por letra) en qué consiste para aprovechar cada centímetro cuadrado y que puedas encontrar todo lo que almacenas en él en el momento en que lo necesites.
"S" DE SEPARAR: divide mentalmente tu espacio en tres zonas: la más próxima al cabecero, una central y una tercera en la parte más exterior y accesible de la cama. Una vez que tengas diferenciadas esas tres franjas, guarda en ellas los objetos dividiéndolos por tamaño y frecuencia de uso. En la parte interior, la más próxima al cabecero, es recomendable que guardes los objetos voluminosos que no uses mucho, como el edredón durante los meses de calor, los adornos de Navidad, algún aparato eléctrico que uses muy poco, las maletas, etc. La parte central es perfecta para guardar los textiles del hogar, como las sábanas y las toallas, que necesitas utilizar, al menos, una vez a la semana. En la zona más exterior, la que está al pie de la cama, es aconsejable que guardes los objetos pequeños que uses mucho o que necesites encontrar con rapidez, como material deportivo, herramientas, pilas, bombillas o bolsos y zapatos.
"P" DE PROTEGER: para evitar sorpresas cuando vas a tomar algo que tienes almacenado, es básico protegerlo bien y esto podemos lograrlo con bolsas al vacío; cajas de tela y cajones con tapa. Todo guardado y lejos del polvo y las polillas.
"E" DE ENCONTRAR: ¿a qué se refiere? A que con un solo vistazo y sin tener que abrir cajas o bolsas, puedas localizar el objeto que estás buscando. Esto se consigue gracias a la clasificación que hemos hecho en el primer paso y almacenando todo en cubículos transparentes que dejen ver su contenido o rotulándolos.
Una cama doble ocupa mucho espacio en el conjunto de la habitación, y rentabilizar el hueco bajo ella parece una excelente opción (a priori), aunque hay que tener en cuenta una serie de factores al hacerlo. La clave está en que lo que guardemos bajo la cama esté ordenado y organizado, y que no acumulemos nada que no nos haga realmente falta.
Las ventajas que ofrece este espacio a la hora de guardar son muchas, aunque también plantea posibles inconvenientes. Uno de los puntos fuertes es que se puede tomar una maleta o hacer el cambio de temporada sin tener que desplazarse a otro sitio o tener que subirse a una escalera para poder acceder a un altillo. Sobre los puntos débiles se apunta a la acumulación de polvo si las cajas no son las adecuadas y perder la noción de lo que se almacena porque está siempre tapado. Aunque esto podría solucionarse fácilmente si rotulamos las cajas o bolsas con su contenido.
Otro inconveniente está relacionado con la comodidad de acceso a lo guardado, sin embargo, podemos utilizar cajones o contenedores que se deslicen fácilmente y evitar este problema.
La capacidad del hueco bajo la cama es innegable pero, ¿resulta adecuada para todo tipo de cosas? Puesto que es una zona de acceso limitado, siempre hay que intentar guardar cosas en ella que no vayan a usarse a diario, como ropa de otra temporada, mantas, disfraces, material eléctrico, zapatos que no se usen habitualmente o ropa blanca.
Dada la evolución en practicidad y precio de los somieres-arcón en los últimos años, al momento de elegir una cama, es interesante evaluar esta opción, debido a que se abren fácilmente y se mantienen abiertos con seguridad. Además, se aprovecha todo el espacio bajo la cama. Es casi como un armario en horizontal. Por otro lado, son prácticamente estancos: al bajar la tapa no entra polvo; y se pueden compartimentar con cajas/fundas con cremalleras o abiertas que permiten ordenar fácilmente e ir guardando distintas cosas en diferentes zonas, sin tener que apilar cajas.
El espacio debajo de la cama también puede ser un buen lugar para guardar cosas, ya sea creando una tarima, agregando cajones, haciendo pequeños muebles con ruedas, con un sistema de cajas o a través de una cama rebatible. Estas son sólo algunas de las ideas que te proponemos hacer para aprovechar el espacio debajo de tu cama y guardar todo aquello que no requiera uso continuo.