Los nuevos modelos de lavabo en encimera facilitan la tarea de ubicar dos lavatorios sobre la mesada del baño. Esta nueva tendencia que llega con fuerza, responde a esa necesidad actual de “compartir lo menos posible” ciertos elementos del hogar con el fin de preservar la máxima higiene.
La tecnología touch lees, es decir, los grifos con sensores infrarrojos, están más presentes que nunca y son otro buen ejemplo de esta nueva tendencia. También es constante la búsqueda de materiales innovadores, que ofrezcan un plus de resistencia, durabilidad y alternativas de diseño. Asimismo, un mobiliario que prometa mantener el orden, con compartimentos y accesorios diseñados para que todo quede a mano en cuestión de segundos.
Los baños para dos deben cumplir ciertos requisitos, sobre todo, si se comparte la misma franja horaria de uso. De ahí que para lograr armonía es fundamental planificar un baño con doble lavabo e incluso ducha. Sin olvidar el espacio de almacén. Repasemos los lineamientos básicos para alcanzar este cometido.
- Espacio despejado al máximo: siempre que sea posible, el diseño del baño compartido ha de tener en cuenta que puede haber dos personas al mismo tiempo, en muchos momentos, haciendo uso de él. Así que se debe intentar reducir el espacio de algunas piezas para dejar la zona central despejada. Esto hará más cómodo su uso: el inodoro suspendido es una buena opción.
- Lavabo doble, sea como sea: el frente del lavatorio es uno de los elementos a los que hay que prestar especial atención en un baño para dos: debe ser cómodo, funcional, estético y espacioso. Optar por doble lavabo (de pie, sobre encimera o encastrado) o un diseño unificado con doble grifería. Contar con algo de espacio a cada lado para apoyar cosas es muy útil. Si no se cuenta con las dimensiones necesarias, un estante sobre el lavabo o a los lados cumplirá la función.
- El espejo: además de ayudar a ampliar la zona no debe provocar peleas en un baño. Debe haber lugar para dos espejos o una luna amplia que se utilice de forma paralela. No siempre han de estar sobre el lavabo, si no hay espacio puede colocarse otro enfrente, lo que dará más juego en la distribución y puede usarse para maquillaje, secado de pelo o peinado.
- En perfecta proporción: en un baño compartido buscar la simetría da sensación de orden, unidad y equilibrio. Al mismo tiempo, se siente más organizado y amplio. Así que planificar la zona del lavabo en equilibrio con diseños idénticos, aportará ese toque especial al espacio de uso.
- Cada uno, su espacio: juntos pero no revueltos. El baño compartido por dos personas ha de asegurar que cada uno tenga un espacio para guardar “sus cosas”. Es aconsejable repartir un cajón para cada uno, una repisa, un módulo cerrado, para que en ese compartimento cada usuario organice sus pertenencias tal como las necesita para el día a día. Por lo tanto, no hay que descuidar la capacidad de almacén con muebles: bajo lavabos, gavetas, cajones, módulos con puertas, estantes y repisas.
- Mucho orden: sea cual fuese el espacio del que disponemos, es indispensable que el orden sea el eje en un baño compartido. Si los muebles están organizados por dentro con cajas y compartimentos para cada objeto será más fácil devolver cada cosa a su sitio tras usarlo, y que las superficies estén despejadas y se sienta todo más limpio y amplio será clave a la hora del uso.
- Ducha doble: si hay espacio (y tampoco se necesita muchísimo) una ducha doble puede ahorrar tiempo de espera en el baño compartido. Se trata de poner dos griferías en un plato de ducha rectangular. Basta con que el plato tenga de largo 1,40/1,50 m para que cada uno la use de manera independiente.
- Con estilo propio: no hay que descuidar el diseño del baño compartido cuando se planifique y/o reforme. Aprovechar para incorporar colores de tendencia, acabados de moda, notas que personalicen y añadan distinción. Pensar en los revestimientos, usarlos para diferenciar ambientes, pero también en el diseño de los sanitarios y de la grifería, las mamparas pueden aportar mucho; y la iluminación será clave.
También en un baño para dos es sustancial hacer uso de las diferentes opciones que nos presenta la tecnología para obtener mayores beneficios: griferías con sistemas de ahorro de agua y apertura táctil o con sensores; materiales antibacterianos para las encimeras del mueble del lavabo y otros que permiten crear soluciones de una pieza; platos de ducha antideslizantes y totalmente enrasados en el suelo; espejos retroiluminados; sistemas de hilo musical con altavoces prácticamente invisibles empotrados en el techo o integrados en el espejo; mamparas que se oscurecen cuando alguien usa la ducha… hay infinidad de opciones para crear un baño “high tech”.
Avalar el uso simultáneo de la estancia y asegurar un espacio cómodo a cada usuario son las claves en un aseo para dos o más personas. Todos los cuartos de baño, pero especialmente los compartidos por varios usuarios, deben tener una distribución clara de cada una de las funciones; una disposición espacial que permita delimitar sin problemas las diferentes zonas de uso en que se divide esta estancia: tocador, aguas y sanitarios. Es fundamental racionalizar al máximo el espacio disponible, incrementando su funcionalidad y consiguiendo así un ambiente más cómodo. Es posible, además, garantizar la intimidad necesaria a sus usuarios, sobre todo si se cuenta con los metros necesarios, aislando la ducha y los sanitarios.