Abril 2024
Al Borde

La fascinante y dramática historia del edificio Dakota

por Ing. Mario Minervino - @mrminervino1

“Images of broken light which dance before me like a million eyes / They call me on and on across the universe” (Imágenes de luz rota que bailan ante mí como un millón de ojos / Me llaman una y otra vez a través del universo). Across the universe, The Beatles

Pocos edificios de Nueva York han logrado convertirse en emblemas como el Dakota Building, edificio que este año cumple 140 años y que se mantiene en excelentes condiciones de uso y habitabilidad.

A fines de 1980 el Dakota alcanzó difusión internacional cuando en su acceso fue asesinado uno de sus habitantes más famosos: el músico John Lennon, un mito viviente, exintegrante de Los Beatles, el grupo surgido en Liverpool que cambió la historia de la música del siglo XX.

Sin embargo, ya el lugar tenía una aureola de distinción y prestigio única.

“Hay pocas personas que sean lo suficientemente principescas como para desear ocupar un palacio entero, pero creo que hay muchas a las que les gustaría ocupar una porción de un gran edificio”.

Edward Clark (1811-1882).

La obra

El edificio fue proyectado por el arquitecto Henry Hardenberg (1847-1918), también autor del emblemático hotel Plaza de Nueva York.

Pero el hacedor del emprendimiento y su financista fue Edward Clark (1811-1882). Fue el fundador, en 1851, junto a Isaac Singer, de la compañía de máquinas de coser Singer, que le dio fama mundial y lo convirtió en millonario. Bajo la dirección de Clark, Singer enviaba entre 20 y 25.000 máquinas a todo el mundo mediante el uso de franquicias para ventas y distribuidores independientes. Esa modalidad de ventas creó uno de los primeros modelos que generó una revolución en los negocios. La máquina de coser hizo posible la producción de ropa en masa y permitió repararla de forma fácil y económica en el hogar.

Él fue quien puso atención en una zona postergada de Nueva York, donde adquirió varios terrenos a un precio bajo y decidió construir un edificio con 60 departamentos para alquilar, todos con buhardillas, balcones y balaustradas, resueltos con techos altos y suelos de mármol, caoba y cerezo. Todas unidades distintas, de entre cuatro y 20 habitaciones.

Clark no llegó a ver la obra terminada, ya que falleció en 1882, pero pudo ver cómo, con la obra a medio hacer, estaban todos los departamentos comprometidos.

A poco de terminado, el Dakota puso en valor los terrenos del sector y el edificio adquirió, desde entonces, un halo de exclusividad que conserva hasta el día de hoy. Al punto que en 1884 el diario New York Times publicó un artículo dedicado al edificio en su edición del 22 de octubre de 1884, dando una descripción completa del Dakota, uno de los únicos registros de su aspecto original.

El primer piso contiene los comedores, que están perfectamente terminados. Los suelos son de mármol y taraceas. La base de los muros es de roble inglés cuarteado, tallado a mano. Las partes superiores están acabadas en bajorrelieve de bronce y los techos son de roble, bellamente tallados. El efecto es el de una antigua sala señorial inglesa, con su lúgubre masividad iluminada y renovada sin perder nada de su riqueza. El efecto se ve realzado por una gran chimenea de piedra rojiza escocesa que adorna el centro de la habitación.

Prueba del status logrado por el edificio es que durante sus primeros 45 años no hubo ningún apartamento disponible para alquilar.

Detalles

El Dakota lleva a los críticos de arquitectura a emplear un vocabulario mixto para explicar su estilo arquitectónico, llamándolo Renacimiento alemán e incluso Renacimiento gótico. La confusión es resultado de la mezcla de estilos históricos, un eclecticismo que en este caso terminó siendo “una mezcla feliz”.

El edificio disponía de calefacción central, generador de electricidad, zona de juegos y gimnasio, algo nada habitual para su época. No cuenta con escaleras de incendios, ya que para su construcción se utilizaron ladrillos ignífugos, lo que lo hacía a prueba de fuego.

Su entrada principal es famosa, por su casilla de bronce y su elegante arcada con una puerta doble de hierro, lo suficientemente ancha para que pasaran los coches de caballos, permitiendo a los pasajeros apearse mientras se resguardaban de las inclemencias del tiempo.

Originalmente estaba rodeado por un foso, el cual fue anulado cuando se angostaron las veredas.

Fama y drama

Un componente que ha ayudado a la fama al edificio es el listado de celebridades del cine y del arte que han vivido en el lugar, por caso Judy Garland, Leonard Bernstein, Boris Karloff, Lauren Bacall, Roberta Flack, Jack Lemon
y Lennon, entre otros.

Ha sido además escenario de dos historias por demás peculiares. Por un lado, allí se filmó, en 1968, El bebé de Rosemary, una película dirigida por Roman Polanski, que eligió ese lugar porque sabía que allí había vivido Gerald Gardner, un escritor ocultista, antropólogo y brujo practicante. La película trata la historia de una pareja de recién casados que se instala en un apartamento del Dakota, pese a las advertencias de que se trata de un lugar embrujado. Rosemary, la esposa, queda embarazada y descubre que es parte de una conspiración diabólica para dar a luz al Anticristo. La historia tenía todos los ingredientes para triunfar y hacerla impactante: suspenso, morbo y perversión.

Durante el rodaje ocurrieron diversos incidentes a miembros del equipo e incluso a la propia Mia Farrow, que hacía el papel de Rosemary.

Un año después de estrenado el film, ocurrió “la matanza de la calle Cielo Drive”, cuando un desquiciado Charles Manson y su secta criminal acabaron con la vida de varias personas, entre ellas la de la actriz Sharon Tate, mujer de Polanski, quien estaba embarazada de ocho meses y medio.

El otro hecho por el cual el Dakota es conocido mundialmente y centro de peregrinación de miles de visitantes, fue el asesinato de John Lennon en noviembre de 1980.

El ex Beatle vivía allí desde 1973 con su esposa Yoko Ono y su hijo Sean. Era habitual verlos salir juntos a caminar por el Central Park y, en los últimos días de su vida, ir al estudio de grabación para completar su nuevo álbum, luego de cinco años de no dedicarse a la música. Precisamente de regreso de una sesión fue que se acercó Mark Chapman y le disparó varias veces.

Yoko Ono sigue viviendo en el mismo departamento y ha asegurado haber visto el fantasma del músico en el lugar, quien le ha dicho: “No tengas miedo, todavía estoy contigo”.

No cualquiera puede alquilar un departamento en el Dakota. No es cuestión de dinero. Si bien cada aspirante debe demostrar solvencia y excelentes referencias, ante todo, debe tener la aprobación del resto de los propietarios. Famosos como Madonna, Antonio Banderas y Billy Joel no lograron ser admitidos.

Tierra de nadie

El Dakota fue, desde su inauguración, un edificio destacado. Cuando se completó, en 1884, no había nada en sus inmediaciones, salvo el Museo Americano de Historia Natural y un puñado de casas que quedaron del pasado agrario.

Su construcción impulsó el desarrollo inmobiliario de esa zona, determinando su transformación en residencial. Fue el “primer edificio de departamentos verdaderamente lujoso” de Nueva York, según sostiene Andrew Alpern, autor del libro The Dakota: A History of the World’s Best-Known Apartment Building.

Fue, además, el primero diseñado para atraer a las clases medias altas, reacias a abandonar sus casas de piedra rojiza por viviendas de alquiler.

Con techos de cuatro metros de alto, espacios de entretenimiento con paneles de roble y caoba, cocinas de última generación, ascensores y varias innovaciones, la popularidad del edificio fue inmediata y sus 60 departamentos estaban todos alquilados antes de su finalización.

A diferencia de otros edificios que también fueron grandiosos y luego decayeron, la sucesión de propietarios del Dakota nunca dejó que se perdieran los estándares del edificio, llegando incluso a restaurar todas las chimeneas para que funcionaran.

Parte de la razón por la que genera tanta atracción es su antigüedad y su apariencia. La mayoría de los edificios de su época han desaparecido y los que quedan no pueden compararse con el impacto visual que genera el Dakota. Es un hito único, muy diferente de cualquier otro y a esta altura de su historia es de los pocos inmuebles que tiene aires de leyenda.

Se vende

En 2017, y por primera vez en 50 años, salió a la venta un departamento del Dakota, con un precio inicial de 12,5 millones de dólares.

De sus ocho habitaciones, cuatro dan directamente a Central Park y cuentan con chimeneas de leña y puertas corredizas de caoba. La puerta de entrada, de caoba francesa, conduce a un vestíbulo con una biblioteca impecablemente conservada. Como muchos de los apartamentos en el Dakota, cuenta con enormes ventanas y techos de casi cuatro metros de altura. El salón y un amplio comedor dan al patio interior.

Maestro

En 2023, Netflix estrenó la película Maestro, dirigida y protagonizada por Bradley Cooper, quien interpreta al compositor Leonard Bernstein. La trama es la vida del músico pero también su relación con Felicia Montealegre, su mujer y madre de sus hijos. Felicia fue fundamental para la vida y carrera de Bernstein, ya que dejó de lado su carrera como actriz para convertirse en sostén del músico en un matrimonio tumultuoso y signado por la homosexualidad de Bernstein.

Lo particular del caso es que el matrimonio vivió, desde 1975 a 1990, en el Departamento 23 del Dakota, el cual fue recreado para la película. Bradley consiguió acceder al departamento gracias a la cortesía de sus actuales propietarios y así se pudieron documentar los detalles de las molduras, las chimeneas, la altura de los techos, el tamaño de las ventanas. Una biblioteca negra y la lámpara colgando en el medio del local fueron detalles para darle el toque final. Las personas que conocieron el departamento original no podían creer lo mucho que el decorado se parecía al Dakota, un hecho que no fue menor para lograr la ambientación del film.


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