Su padre, Pedro Cabré Salvat, fue uno de los protagonistas de la construcción local durante las primeras décadas del siglo XX, creando una empresa que luego pasó a manos de sus hijos, el mencionado Enrique y su hermano, Pedro Cabré Moré.
Enrique inició su labor profesional asociado con el arquitecto Manuel Mayer Méndez, formando en 1929 la firma Mayer-Cabré, una de las más influyentes de Bahía Blanca. Juntos diseñaron y construyeron obras civiles, religiosas y residenciales que definieron el paisaje urbano local. Entre esos trabajos se puede mencionar la terminación de la fachada de la Iglesia Catedral Nuestra Señora de la Merced y la casa parroquial.
Cabré Moré se asoció luego con su hermano Pedro, estableciendo la firma E. y P. Cabré, aunque siguió relacionado con Mayer Méndez, incluso en la etapa que en que la ciudad comenzó a modificar su perfil urbano con edificios en altura. Clásicos como el Taberner (O’Higgins y Brown) y el Pizá Roca (Drago y avenida Colón) son obras realizadas en conjunto.
Apasionado por la historia local, Cabré Moré fue un pionero en la investigación y la divulgación del pasado urbano de Bahía Blanca. Fue uno de los primeros en desarrollar un detalle de las obras más destacadas de la ciudad, describiendo sus estilos y haciendo docencia sobre la trascendencia de cuidar y preservar el patrimonio arquitectónico.
Las obras que llevan su firma abarcan una enorme variedad de usos y estilos. Así como supo manifestarse muy favorable al estilo colonial, también desarrolló obras historicistas. El mismo detalló sus gustos en una entrevista de 1928.
“Mis preferencias están por el renacimiento español y el florentino, el primero dentro de la influencia castellana y colonial o barroca andaluz, el segundo matizado con influencias bizantinas”.
La vivienda para Mario Olaciregui (Brown 460) y el edificio de la Farmacia Española (San Martín y Las Heras) son ejemplos de este estilo.
Muestra de su amplitud es que en la década del 30 adhirió al geométrico estilo art decó, el cual aplicó en el cine Grand Splendid (Alsina 129, demolido), y desarrolló, como constructor, en las tiendas Gath y Chaves (O’Higgins y Brown) y en la distribuidora de cerveza de la firma Pazzi (Brown y Pedro Pico).
Entre las cientos de viviendas que llevan su firma, acaso la que resume su arte es la que fuera su vivienda familiar y estudio de Moreno 343, la cual se mantiene en muy aceptables condiciones.
Para quienes disfruten de caminar la ciudad, pueden ver obras con su firma en Lamadrid 270, avenida Colón 315, Mitre 445, Alsina 356, Belgrano 258, Blandengues 352 y Donado 620.
En 1943, Cabré Moré diseñó el escudo oficial de Bahía Blanca. Por entonces era director del Museo y Archivo Histórico Municipal, y representó un diseño con elementos referidos al pasado y las virtudes de la laboriosa población bahiense, según supo decir. En su interior se ubican un sol naciente y una escarapela.
“Un ancla romana representa la condición portuaria de la ciudad, mientras que la entrada al mar con sus blancas playas simboliza la bahía”, explicó el autor.
También, muestra “emplazado en la llanura que tiene por fondo las Sierras de la Ventana”, un fuerte que expresa el origen militar de Bahía Blanca.
El otro gran aporte de Cabré Moré fue la titánica tarea que emprendió en 1978, para tratar de ubicar los restos del fundador de Bahía Blanca: el coronel Ramón Estomba, fallecido en 1829.
El único dato disponible era un acta de defunción que indicaba que había sido sepultado en el Cementerio del Norte, actual cementerio de la Recoleta. El trabajo de Cabré Moré fue exhaustivo y dilatado, y su paciente investigación dio sus frutos cuando, en un modesto archivo de la capital federal, halló un viejo plano de la necrópolis que detallaba la ubicación de la tumba, en la zona destinada a los beneméritos de la Patria.
La presencia de una añeja magnolia dificultó las tareas de exhumación, al punto que Cabré finalmente optó por tomar un poco de tierra del lugar y colocarla en la urna que llegó a Bahía Blanca el 25 de mayo 1980 y se ubicó en el atrio de la iglesia catedral.
La labor de Cabré Moré como proyectista fue tan relevante como su rol como constructor, con obras en Santa Rosa, General Acha, Neuquén, Tandil, Viedma, Azul y hasta la realización de 13 destacamentos policiales en la avenida General Paz.
Radicado en Buenos Aires, falleció hace 40 años, el 24 de junio de 1985.