Agosto 2025

De estudiantes a arquitectos: el proceso formativo en la UNS

Hace nueve años, la Universidad Nacional del Sur dio un paso importante al incorporar la carrera de Arquitectura a su oferta académica. Desde su creación, esta disciplina ha atraído a jóvenes de toda la región interesados en formarse en una profesión esencial para el desarrollo urbano y social. Desde su instauración, la carrera ha mantenido un nivel elevado de inscriptos y se ha posicionado entre las más elegidas, con un total de 314 alumnos en el corriente año.

Desde la graduación de los primeros egresados en 2021, la carrera ha continuado creciendo, con un aumento sostenido en el número de egresados. Debido a esto, consideramos importante compartir con la comunidad el proceso que implica obtener el título de arquitecto en la casa de altos estudios de nuestra ciudad.

La carrera de Arquitectura en la UNS consta de 37 materias, además del Trabajo Final de Carrera, el cual equivale a la tesis o tesina en otras carreras. Una vez aprobadas todas las materias del plan de estudios, se asigna un tutor que guiará al estudiante durante el desarrollo del trabajo final, que comienza en el segundo cuatrimestre de Taller de Arquitectura V y se continúa una vez aprobados todos los exámenes finales.

En el primer cuatrimestre de esta asignatura, los estudiantes desarrollan, en grupos, una propuesta de master plan para un sector específico de la ciudad. Luego, cada miembro del grupo elige un programa (residencial, cultural, educativo, etc.) y selecciona el sector más adecuado dentro del master plan para emplazar el edificio correspondiente.

Trabajo Final de Carrera: La carta de presentación del futuro profesional

Para comprender mejor este proceso, conversamos con Nicolás Monteverde, quien se graduó de arquitecto en diciembre de 2024. Bajo la tutoría del arquitecto Luis Pites, Nicolás desarrolló un trabajo final que terminó convirtiéndose casi en un trabajo de investigación.

En la asignatura Taller de Arquitectura V, Nicolás se sintió atraído por el lenguaje formal de las obras de Richard Meier, arquitecto estadounidense y miembro del grupo Five Architects, junto a Peter Eisenman, Michael Graves, Charles Gwathmey y John Hejduk, quienes promovían una arquitectura racional. Es así que decidió tomarlo como referente y analizarlo en profundidad.

Descubrió una correlación entre el lenguaje formal de Meier y la secuencia espacial de sus obras, por lo que decidió estudiarlo en profundidad. Para ello, comparó edificios con programas similares, identificando las variables de diseño presentes en cada uno. Como resultado, creó el concepto de “Dispositivo Meier”, un método que le permitió resolver el programa elegido en un sitio específico, dotando su trabajo de un sólido marco teórico que lo condujo a un resultado exitoso.

Dispositivo Meier: Arquitectura para la ciencia en el paisaje bahiense contemporáneo

El objetivo de este trabajo es verificar la hipótesis de cómo el estudio de un referente arquitectónico puede abrir nuevas líneas de investigación, convirtiéndose en un insumo para la generación de diseño.

Titulado Dispositivo Meier: arquitectura para la ciencia en el paisaje bahiense contemporáneo, el proyecto consiste en un centro de investigación en biotecnología. Su enfoque programático busca crear un entorno propicio para la apropiación y el uso del conocimiento científico por parte de la sociedad. Para ello, propone la coexistencia y vinculación de espacios de producción del conocimiento (como laboratorios y salas de investigación) con espacios destinados a su difusión (aulas y salas de divulgación). Esta proximidad entre investigadores, profesores, estudiantes y ciudadanos interesados apunta a la democratización del conocimiento.

El proyecto surge a partir del master plan desarrollado en Taller de Arquitectura V, donde se trabajó sobre un sector ubicado al norte de Bahía Blanca, junto al arroyo Napostá y a lo largo de la prolongación de la Avenida Cabrera.

Un punto clave en la elección del emplazamiento es su cercanía con el CONICET, cuyo modelo arquitectónico cerrado restringe el acceso al público y carece de flexibilidad en sus espacios, lo que limita su adaptación a nuevas tecnologías. En respuesta, este proyecto propone un modelo arquitectónico abierto e inclusivo, con espacios flexibles que fomentan tanto el trabajo colaborativo entre investigadores como la participación activa de estudiantes y ciudadanos en los avances científicos. Esta apertura responde a las demandas contemporáneas de transparencia en la producción científica y busca generar conciencia colectiva sobre la importancia de la biotecnología en el desarrollo económico, social y ambiental.

El programa arquitectónico combina una placa sobre un basamento, disposición elegida estratégicamente. Las áreas de divulgación y socialización se ubican en el basamento, cuya disposición horizontal facilita encuentros espontáneos y el intercambio de ideas. Además, los tres volúmenes principales pueden abrirse completamente, generando un espacio polivalente adaptable a diversos eventos, relacionados o no con la difusión del conocimiento científico. Por otro lado, las áreas de investigación se organizan en la placa, permitiendo la disposición en serie de múltiples unidades funcionales (laboratorios, salas de investigación y oficinas), asegurando distintos niveles de privacidad según sus requerimientos.

Un elemento clave del proyecto es la integración entre ambos componentes. Para ello, se incorpora un gran espacio central que actúa como condensador de funciones y actividades, extendiéndose desde el subsuelo hasta los niveles superiores mediante una red de pasarelas y puentes. Esta solución permite que los usuarios sean testigos de las actividades científicas en desarrollo, reforzando la idea de apertura y transparencia, además de aportar riqueza espacial al edificio.

Finalmente, la implantación del edificio refuerza su relación con el entorno. El basamento se integra con el paisaje natural, funcionando como una extensión del valle que desemboca en el arroyo Napostá. A su vez, los volúmenes emergentes y la placa establecen un diálogo progresivo en términos de escala con el entorno construido, logrando una transición armónica entre lo natural y lo urbano.

Experiencia personal

Desde el principio, el trabajo se desarrolló de manera dinámica, con un objetivo claro. Su tutor fue una pieza clave, brindándole apoyo en los textos teóricos y orientándolo sobre qué aspectos investigar.

El entusiasmo siempre fue un factor fundamental a lo largo de la carrera, pero especialmente en su trabajo final. Encontrar un arquitecto que lo inspirara y captar en profundidad cada detalle de sus obras le permitió mantener un ritmo de trabajo constante y finalizar el proyecto en un tiempo relativamente corto.

La experiencia de Nico es valiosa porque refleja cómo un estudiante, y futuro profesional, desarrolla un criterio fundamentado que lo lleva a obtener buenos resultados. Esto contribuye a la formación de arquitectos comprometidos con el contexto socio-urbano.

Es importante mostrar el lado interno de la carrera y dar a conocer su esencia. La Universidad Nacional del Sur (UNS) demuestra, una vez más, que puede otorgar prestigio y reconocimiento a cualquier disciplina que incorpore a su oferta académica.

Si querés conocer en detalle el trabajo final de Nicolás, escanea el código QR, o entrá a: https://heyzine.com/flip-book/f1596626c8.html


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