Junio 2024
Construcción

Diseño para una economía circular

La economía circular es un concepto relativamente nuevo que aparece en el marco del desarrollo sostenible. Su objetivo no es otro que la producción de bienes y servicios de la forma más eficiente posible, a la vez que se reduce al máximo el consumo y desperdicio de materias primas, agua, fuentes de energía y otros residuos. Este pensamiento deja a un lado el sistema “lineal” utilizado hasta ahora para asumir su carácter “circular”, es decir cerrar el ciclo de vida de los materiales, residuos, agua, energía y otros servicios.

El cambio a una economía circular es la oportunidad de negocio de nuestro tiempo, porque fortalece las economías locales y las cadenas de suministro, de forma que es:

  • Socialmente inclusiva al desarrollar nuevos puestos de trabajo y modelos de negocio. Por ejemplo, se calcula que cada 10.000 toneladas de residuos que se reciclan se pueden crear más de 100 empleos, mientras que la economía de reparación y alquiler podría generar un número exponencialmente mayor.
  • Respetuoso con el clima. En consonancia con la urgencia de nuestro mundo de mantener el calentamiento global dentro de 1,5°C, alcanzar una tasa de reciclaje de materiales del 85 % en toda nuestra economía, reduciría las emisiones de CO2 en hasta 50.000 millones de toneladas, el equivalente a retirar 10.000 millones de coches de nuestras autopistas.
  • Naturaleza positiva con modelos empresariales regenerativos, que sustituirán cada vez más los recursos extraídos de la naturaleza por materiales reciclados, preservando así la biodiversidad y reduciendo el uso del agua.

Con un mundo que construye el equivalente a la ciudad de Nueva York cada mes, impulsado por el aumento de la población y la urbanización, la construcción circular es la única forma de recrear un ambiente que funcione para las personas y el planeta. La circularidad es la oportunidad de nuestro tiempo. Desbloquea el crecimiento económico de manera respetuosa con el clima, positiva para la naturaleza y socialmente inclusiva.

En Argentina no existe legislación específica sobre la clasificación, gestión y vertido de los RCD, aunque la fracción de residuos peligrosos que pueden encontrarse, tales como asbestos, pinturas a base de plomo, solventes y madera tratada, deben encuadrarse en la Ley Nacional N° 24.051 sobre Residuos Peligrosos.

Con la adopción de la economía circular por parte del sector de la construcción se puede lograr un cambio verdaderamente transformador. Para reducir el costo de fabricación, edificación de viviendas o diseño de ciudades enteras, debemos pensar en los materiales desde una perspectiva diferente para obtener una ventaja económica como la capacidad de crear cosas a partir de un flujo de residuos. Este concepto se basa en la idea de conseguir que todo forme parte de un ciclo circular cerrado, es decir pensar en el suprarreciclaje, práctica que garantiza la reutilización de los materiales que usamos en nuestros productos a fin de establecer uno nuevo.

Es un diseño que apoya la circularidad y el replanteo radical de cómo usamos los materiales y la energía. Los componentes de los productos o edificios pueden ser continuamente reutilizados en futuros proyectos, y con menos residuos. A medida que los recursos del mundo se vuelven más limitados, este diseño ayuda a reducir costos y a generar beneficios en la cadena de suministro simplificada con menos piezas de repuesto en el inventario. También trae asociados otros beneficios: al decidir qué comprar, los consumidores consideran cada vez más si una empresa es responsable. Con el diseño circular, se pueden crear productos más sustentables que muestren su compromiso con la innovación y esto colabora a la imagen positiva de las compañías.

La construcción circular tiene como objetivo reducir el impacto ambiental relacionado a la generación de residuos y promover un modelo de economía circular enfocado al ámbito de la edificación. Propone un cambio de paradigma de los sistemas lineales de producción, negocios y consumo a un concepto circular de desarrollo, mediante el ecodiseño, la construcción 4.0, la valorización del residuo y, en general, todas las iniciativas de nuevos mercados, productos y servicios conscientes en nuestro entorno natural y social.

Algunas iniciativas y tendencias relacionadas con la construcción circular en Argentina incluyen:

  1. Políticas y regulaciones: el gobierno argentino ha estado promoviendo políticas y regulaciones para fomentar la economía circular. Esto puede incluir incentivos fiscales para empresas que adopten prácticas sostenibles, así como normativas para la gestión adecuada de residuos.
  2. Sector privado: empresas en diversos sectores, como la construcción, la moda, la alimentación y la tecnología, están adoptando prácticas más circulares. Esto puede manifestarse a través de la incorporación de materiales reciclados en sus productos, la implementación de modelos de negocio basados en la durabilidad y la reparación, y el diseño de bienes con menor impacto ambiental.
  3. Innovación: se están desarrollando nuevas tecnologías y procesos para facilitar la transición hacia una economía circular. Esto puede incluir avances en reciclaje de materiales, diseño de productos ecoeficientes y sistemas de gestión de residuos más eficaces.
  4. Educación y sensibilización: se llevan a cabo campañas de sensibilización y programas educativos para promover la adopción de prácticas más sostenibles tanto a nivel individual como empresarial. Estos esfuerzos buscan concientizar sobre la importancia de reducir el consumo, reutilizar productos y materiales, y reciclar adecuadamente los residuos.
  5. Colaboración multiactoral: la construcción circular requiere la asistencia de múltiples actores, incluyendo gobierno, empresas, academia, sociedad civil y ciudadanos. Se están formando alianzas y redes de colaboración para impulsar la implementación de estrategias circulares en diferentes sectores y comunidades.

El objetivo de aplicar la economía circular a la construcción es el de reutilizar los recursos y maximizar su aprovechamiento, en forma contraria a una economía lineal de uso y desecho. Esta busca que los recursos aporten el máximo valor y se mantengan en el proceso durante el mayor tiempo posible. Los edificios tienen una incidencia muy importante en el cuidado del medio ambiente, ya que el 39 % de las emisiones globales de carbono provienen del hábitat construido. No es tan conocido que el 33 % de los residuos generados a nivel mundial proceden de los edificios, tanto en la construcción como en mantenimiento y demolición. Por ejemplo, en la edificación tradicional, cerca del 10 % de los materiales nuevos de una obra se desechan. Los sistemas industrializados generan en un edificio un mejor balance entre variables de producción, construcción, uso, mantenimiento y demolición.

Es fundamental situar el pensamiento circular en el centro del sector de la construcción y permitirle desempeñar un papel mucho más predominante. Esto requiere de una estrategia global que tenga en cuenta las oportunidades y los retos, así como el desarrollo de objetivos en relación con la circularidad y la edificación sobre la base de una mayor coherencia de los propósitos e iniciativas políticas existentes.

En resumen, la construcción circular está emergiendo como un enfoque importante en Argentina, con esfuerzos tanto a nivel gubernamental como empresarial y social para promover prácticas más sostenibles y reducir el impacto ambiental de las actividades humanas. La única manera de que las ciudades crezcan sin sobrepasar los límites de nuestro planeta es que se vuelvan más circulares, es decir, que se alimenten de energías renovables, que estén conectadas por una movilidad ecológica y que alberguen tanto edificios inteligentes como ecosistemas naturales.


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