Nativo de Coronel Dorrego y establecido en Bahía Blanca, su estudio de ingeniería contaba con la participación de otros dos profesionales de esa disciplina, Segundo Fernández Long y Guillermo Martín. Por la metodología de trabajo de Marseillán, si bien muchas de las obras realizadas llevan su firma —se puede ver su nombre grabado en las fachadas—, también sus socios solían firmar las suyas con nombre propio más allá de haberlas proyectado desde el estudio.
Marseillán cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Bahía Blanca y los universitarios en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Recibido, se le concedió el premio Enrique Ader que le permitió especializarse en los Estados Unidos. De regreso a Bahía Blanca fue director de Obras Públicas de la Municipalidad y estableció su estudio en la esquina de Mitre y Sarmiento.
Guillermo Martín fue un profesional de relevancia que se desempeñó además en muchas otras áreas. Por caso, fue copropietario de LU7 radio General San Martín (ya desaparecida), la primera radio que administró el diario la Nueva Provincia.
En cuanto a Fernández Long, es parte de una familia tradicional de la ciudad. Su hermana Sixta Fernández Long estaba casada con Guillermo Martín y su hijo Hilario cumpliría una notable carrera profesional en el campo de la ingeniería y docente, llegando a ser rector de la UBA.
En su empresa Marseillán impuso un sistema de trabajo de su creación, al que llamó “dinamismo”: “En él —explicó—, cada hombre rinde su propio trabajo, coordinándolo con el de los demás, pero con independencia de acción. Así, nadie gravita como peso muerto sobre el trabajo de los demás y todos se deben, unos a otros”.
En 1949 publicó su libro Teoría central del ciencismo, donde expuso —en poco más de 1300 páginas— su teoría sobre cómo desarrollar al máximo la capacidad del individuo.
Las obras realizadas por Marseillán y Martín en Bahía Blanca y la región son innumerables. Entre las primeras realizadas cabe mencionar el Policlínico (1926, hoy Hospital Penna), el Palacio del Cine (1932), centenas de viviendas unifamiliares y varios trabajos de pavimentación en hormigón armado.
Si bien el estudio ha realizado obras de distintos estilos, resulta muy atractivo su legado Art Déco, tanto en viviendas barriales como en obras públicas realizadas en el sudoeste bonaerense.
Cuando en la década del 80 salió a la luz la vasta obra de Francisco Salamone, ejecutada entre 1936 y 1940 bajo el amparo de un colosal Plan de Obras Públicas del gobernador, sus decenas de municipios, mataderos y portales de cementerios se convirtieron en un foco de atención de estudiosos de todo el mundo.
El “descubrimiento” de Salamone abrió también la puerta a encontrar a otros profesionales que en la misma época y también con fondos provinciales, proyectaron obras en pueblos de la provincia. Marseillán y Martín se cuentan entre los que más trabajos realizaron en esa misma época.
Marseillán y Martín participaron en al menos siete municipios, planteando proyectos, dirección técnica y, en algunos casos, la construcción. A eso se le suman trabajos realizados en la década del 20, por caso cementerios y mataderos en Copetonas, Orense y Micaela Cascallares y usinas eléctricas en Tornquist, Villarino y Saavedra.
Durante el gobierno de Fresco desarrollaron trabajos en Mar Chiquita, Carmen de Areco, Olavarría, Bolívar, Pehuajó, Puán y 25 de Mayo.
En Puán, Marseillán tomó el proyecto y dirección del Mercado Municipal. En 1936, el municipio de esa localidad fue concursado y declarado desierto. En una resolución muy curiosa, el jurado decidió sortear el primer premio entre los participantes, resultando favorecido César Fernández.
En Bolívar proyectó el matadero, el mercado y el cementerio, además de las delegaciones municipales de Urdampilleta y Pirovano. Por último, el proyecto y la dirección del municipio de Bolívar (1938-1942) y las delegaciones de Norberto de la Riestra, Del Valle, Gobernador Ugarte e Hinojo.
Guillermo Martín, por su parte, diseñó la delegación de Villa Iris y el edificio municipal de Mar Chiquita, construido en estilo Art Déco. En Olavarría diseñó el teatro municipal, de líneas modernas, inaugurado en julio de 1940. También participó del diseño de la Catedral de San Juan Bosco de Comodoro Rivadavia, cumple hoy un nuevo aniversario de su consagración. “Los planos iniciales del Ingeniero Guillermo Martín fueron luego reformados por el Arq. Pedro Carballo, según las exigencias litúrgicas promovidas por el Concilio Vaticano II”, señala una publicación de época.
La obra desarrollada por Marseillán y Martín resulta, desde lo estilístico, muy variada, adhiriendo a corrientes historicistas, Tudor, neocoloniales, modernas y Art Déco. La empresa participó además de la pavimentación en varias localidades del sur bonaerense.
Una obra destacada que lleva la firma de Guillermo Martín es el considerado primer edificio en altura de Bahía Blanca, ubicado en la esquina de Portugal y Zeballos. Una obra terminada en 1937 y que todavía maravilla con sus líneas modernas, propias del estilo Bauhaus, desprovisto su frente de todo tipo de ornamentación y con algunos toques Art Déco.
En cuanto a Marseillán, una obra emblemática en Bahía Blanca fue la remodelación que en 1932 del Palacio del Cine, la que fuera la sala más importante del interior, con una fachada Art Déco que a pesar de su mal estado sigue siendo magnífica muestra del estilo. El cine cerró en 1991 y desde entonces su planta baja es ocupada por locales comerciales y su interior funciona como cochera.
No existe un relevamiento integral de la obra del estudio Marseillán. Se conoce un número importante de edificios con su firma, pero también hay muchos que se desconocen y cada tanto algún estudioso descubre, como fue el reciente caso de dos viviendas con su firma ubicada en Olivos y otras en La Plata. Un legado amplísimo que sigue estando, para deleite y admiración de todos.