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EDITORIAL
NOTA DE TAPA
ÍNDICES AVERGONZANTES

Según los datos elaborados por la Encuesta Permanente de Hogares y reciéntemente difundidos por el Indec, la brecha de ingresos promedio “per cápita familiar” entre el 10% de la población con mayores ingresos y el 10% de menores recursos fue de 31 veces durante el segundo trimestre de 2006.
Estas cifras representan el ingreso promedio que llega a cada hogar, dividido sus integrantes, para los dos extremos de la pirámide en los 28 centros urbanos que abarca la mencionada encuesta. El 10% mejor posicionado recibe el 35% de los ingresos, mientras que el 10% más bajo percibe apenas el 1,1%. Así, el 40% de los hogares más pobres se queda con el 12% de los recursos (menos de $ 264 por mes), el 40% siguiente percibe entre $ 264 y $ 700 por mes y el 20% más pudiente recibe el 52,3% de los recursos.
El Indec también elaboró otros guarismos, que reflejan una mayor cantidad de ocupados en los hogares de pocos recursos, explicando que si se observan los ingresos por hogares la brecha disminuyó, si se la compara con respecto a 2005, mientras que las diferencias se amplian si se analizan únicamente los ingresos individuales.
Coincidimos plenamente con las declaraciones vertidas por la senadora y primera dama Cristina Fernández de Kirchner, al afirmar que “los índices aún son vergonzantes”. Sin escapar al tema, manifestó que “la situación mejorará no sólo con ética y sensibilidad, sino también con inteligencia” y que “el problema no son los pobres, sino los ricos”.
Otras expresiones sobre este gran dilema vertidas en la inauguración del Coloquio Internacional “Por un mundo mejor”, que se desarrolló en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, fueron que “No va a haber sociedad más segura que la sociedad justa y equitativa en la distribución del ingreso”.
Como una bocanada de aire puro recibimos estas manifestaciones, en la medida que sean genuinas y demuestren que el Estado comienza a desempeñar un papel fundamental en el diseño de políticas económicas que tengan esencialmente como mira al ser humano.
Esperemos que, más temprano que tarde, podamos ser testigos de la implementación de este tipo de políticas, independientemente del signo que tenga el gobierno que las lleve a cabo. La sociedad entera lo está esperando.

Ing. Ricardo Kloster
Director
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