Marzo 2024
Construcción

Fachada ventilada, un revestimiento que va en alza

La fachada ventilada es el sistema constructivo más eficiente para el cerramiento de edificios que existe en la actualidad. Una solución que encaja a la perfección dentro de las tendencias de arquitectura sostenible, cuya instalación es más fácil de lo que parece. Para conocer más sobre sus componentes y ventajas, detallamos en esta nota toda la información.

Las fachadas que no están correctamente aisladas suponen una pérdida energética considerable en viviendas particulares y otros edificios. Por el contrario, la fachada ventilada se caracteriza por crear una cámara de aire en la fachada exterior del edificio que favorece el ahorro energético.

Al combinar la fachada ventilada con un sistema de aislamiento exterior, dotamos al edificio de múltiples ventajas como el incremento del aislamiento térmico y acústico, entre otros beneficios que nombraremos más adelante.

¿En qué consiste un sistema de fachada ventilada?

El sistema de fachada ventilada se compone de un muro soporte, una capa aislante y un material de revestimiento que se fija al edificio con una estructura portante. Gracias a esta, entre el muro y el material de revestimiento, se crea una cámara de aire, no estanca, que permite la ventilación.

Entre el muro soporte y el revestimiento suele haber una capa de aislante, pero no siempre es así, ya que la propia pared soporte puede ser impermeable o se puede colocar un material sellador por dentro de la vivienda.

El muro soporte es el encargado de asegurar la estabilidad del edificio. Este muro debe ser lo suficientemente firme como para soportar el peso del revestimiento y los esfuerzos que este le transmite. Puede ser de ladrillo, hormigón o madera, entre otros materiales. Lo más importante es realizar un cálculo para asegurarse de que el muro portante soporta el peso del material de revestimiento por metro cuadrado.

La cámara de aire tiene una apertura en la parte superior y otra en la parte inferior, que permiten la circulación constante de aire. Estas aberturas deben protegerse correctamente para evitar la entrada de agua, ya que el liquido disminuiría la eficacia del aislante. En la apertura inferior de la fachada, lo que se conoce como el arranque de la misma, se incorpora un perfil perforado que además de permitir la ventilación a través de sus orificios, constituye una protección anti roedores. En la parte superior, conocida como la coronación de la fachada, se instala una chapa metálica de remate que protege contra la entrada de agua, pero deja el espacio suficiente para permitir la ventilación constante. Es importante destacar que para que esta cámara de aire esté correctamente ventilada, es esencial que tenga al menos 2 cm de ancho en las zonas más estrechas. Asimismo, se recomienda que la superficie mínima de ventilación varíe según la altura del edificio.

El aislamiento se puede realizar en el exterior o en el interior de la vivienda, pero se recomienda privilegiar su instalación en el exterior del muro soporte para garantizar un mejor rendimiento en términos de dilatación y contracción. Cuando instalamos el aislante por dentro de la vivienda, ya no forma parte de la fachada ventilada, por lo que se impide su movimiento y transpiración.

No obstante, en algunos proyectos, por cuestiones normativas o funcionales, el aislante no puede ir fuera. En estos casos, desde el punto de vista de la eficiencia térmica, es mejor tener el aislamiento en el interior que no incluirlo.

En lo que se refiere a los aislantes para fachada ventilada, existen diferentes tipos. El tipo y el espesor del mismo se seleccionan para cada proyecto en función de su capacidad antihumedad y de las necesidades de la obra (ubicación, orientación, tipo de construcción, etc.).

Para el revestimiento exterior se pueden usar muchos materiales como la cerámica, cerramientos metálicos, la madera o la pizarra natural. Lo más importante es optar por un material de calidad, resistente y duradero que complemente la eficiencia de la fachada ventilada.

¿Qué significa esto en términos de eficiencia energética?

Como consecuencia de las diferencias de temperatura, en el espacio intermedio que queda, se produce un fenómeno de convección natural conocido como «efecto chimenea». Este fenómeno de convección natural hace que en verano el aire caliente suba y que la cámara de aire se renueve con una corriente más fría. Mientras que, en invierno, el viento no se calienta lo suficiente como para ascender, por lo que el aire de la cámara no se renueva y la capa de aislamiento retiene el calor que proviene del interior. Esto evita el sobrecalentamiento en los meses de más temperaturas y hace que los grados del interior de la vivienda se conserve mejor durante los meses más fríos. Por lo tanto, la circulación constante del aire del exterior al interior de la cámara es esencial para que las prestaciones de la fachada ventilada sean óptimas.

Ventajas del sistema de fachada ventilada

Una vez conocidas las partes que conforman el sistema de fachada ventilada y cómo funcionan, podemos inferir algunas de sus ventajas:

Evita la condensación y la humedad: Este sistema de fachada reduce la condensación y la humedad proveniente tanto del interior como del exterior del edificio. La circulación continua del aire dentro de la cámara de aire supone una capa de protección extra y elimina las posibles filtraciones de agua que puedan colarse entre las juntas del material de revestimiento.

Prolonga la vida útil de la fachada: La ventilación constante dentro de la cámara de aire mejora la durabilidad del material de revestimiento exterior, ya que lo mantiene seco. La vida útil de la fachada es aún mayor si se opta por un material duradero y resistente como una pizarra natural de calidad.

Reduce los movimientos estructurales: Como comentábamos al principio, la cámara de aire permite mantener una temperatura más estable en el cerramiento del edificio. Esto ayuda a evitar la aparición de grietas y fisuras, ya que al no producirse cambios bruscos de temperatura la estructura es menos susceptible de sufrir movimientos de dilatación o contracción.

Mejora el aislamiento térmico y acústico: La capa aislante es opcional, pero al combinarla con la fachada ventilada, mejoramos considerablemente el aislamiento térmico y acústico del edificio. Esto conlleva múltiples mejoras para la salud, ya que se reduce la contaminación medioambiental y con ello problemas derivados del exceso de ruido como pueden ser el estrés o el cansancio. Asimismo, este sistema elimina los puentes térmicos.

Aumenta la eficiencia energética: La fachada ventilada facilita la refrigeración del edificio en verano y el control de la dispersión del calor en invierno, lo cual favorece tanto el ahorro energético como el confort térmico. Gracias al sistema de fachada ventilada podemos llegar a ahorrar entre el 30 y el 40 % en nuestras facturas de servicios.

Requiere poco mantenimiento: El cuidado de la fachada ventilada es casi nulo, especialmente si se elige un material de revestimiento que resista bien las inclemencias del tiempo como una pizarra natural de calidad.

Aporta valor al edificio o vivienda: La inversión extra inicial se amortiza gracias a la durabilidad, la eficiencia energética y el bajo costo de mantenimiento de la fachada. Por lo que es una solución excelente tanto para proyectos de nueva construcción como para proyectos de rehabilitación.

¿Cuándo y en qué tipo de proyectos podemos instalar fachada ventilada?

La aplicación de estas soluciones de muros multicapa ventilados es compatible con todo tipo de proyectos: obra nueva, rehabilitación, vivienda unifamiliar, torres, entre otros. Lo que hay que asegurar es que el soporte rígido sea capaz de aguantar las fuerzas y pesos de la estructura de anclaje y los aplacados de acabado exterior:

En los edificios antiguos la variedad de acabados puede emular estéticamente la capa exterior preexistente, de forma que la rehabilitación no afecte al aspecto exterior del edificio.

En los casos en que la fachada sea irregular, la flexibilidad formal de la estructura metálica absorbe dichas irregularidades geométricas.

En obras nuevas podemos optar por soluciones ligeras de fachada ventilada con soporte rígido. La ventaja de estos sistemas es la junta seca y menor peso propio.

La fachada ventilada es una solución muy ventajosa tanto desde el punto de vista económico como del energético. Es una apuesta por el futuro y la sostenibilidad, que permite al mismo tiempo reducir considerablemente tus facturas de calefacción y aumentar el confort térmico de tu vivienda.


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