Nombre: Plastikgas
Director de la empresa: Roberto Conti
Características:
Estado: comerccializado.
La mayoría de los desechos plásticos terminan en el depósito de basura o en el océano. Una cantidad significativa de plásticos se descompone en microplásticos, que ingieren los peces y otras formas de vida marina, devastando finalmente todo el ecosistema. Durante la pandemia del COVID-19 más de 28.000 toneladas de residuos plásticos relacionados con los materiales sanitarios, como mascarillas y guantes, han terminado en el océano. Eso es más de 2.000 autobuses de dos pisos en desperdicio. El reciclaje se ha convertido en una forma eficiente de limpiar los plásticos en el medio ambiente.
En octubre del año pasado se puso en funcionamiento en Cayambe, Ecuador, una planta que convierte siete tipos de plásticos en seis diferentes combustibles (gasolina, diésel, kerosene, parafina, GLP -Gas Licuado de Petróleo- y coque, que es un tipo de carbón), según Roberto Conti, presidente de la firma Plastikgas, comienza una nueva era para la región. “Elegimos a Ecuador como el centro de esta operación. Es la primera planta de este tipo en América del Sur. Las instituciones del Estado, las empresas e inversionistas pueden comprobar de primera mano cómo esta tecnología especial puede transformar los plásticos en combustibles no contaminantes, que no genera ninguna contaminación y efecto secundario a la atmósfera. Es una oportunidad muy grande para Ecuador”.
Plastikgas, con sede en Dallas, Texas, EE.UU., posee una fábrica en México, y realiza operaciones en EE.UU. y Barcelona. En total cuenta con 2.400 empleados. “Tenemos plantas de diferentes tamaños, de 7, 14, 35 y 75 toneladas de producción diaria. En definitiva, se trata de una especie de micro refinerías, solo que, en lugar de transformar aceite, lo hacemos con el plástico”, explica a grandes rasgos Conti.
Según las cifras que maneja, en Ecuador se producen alrededor de 30.000 toneladas de plástico mensuales, de las cuales el 5% es reciclable, el 10% se recicla parcialmente y el resto se entierra. En función de ello, considera que ésta tecnología puede generar impactos positivos muy grandes en el medio ambiente. “Los sectores del banano o flores, por ejemplo, utilizan mucho plástico para cubrir las plantas de los insectos. Todo eso se desecha a la naturaleza. En lugar de esto, una empresa podría montar esta máquina y producir su propio combustible para las operaciones diarias. Por cada tonelada de plástico salen 1.000 litros de gasolina. Se puede transformar no sólo botellas sino también sillas plásticas, tuberías, PVC, mascarillas, etc.”, afirma su director.
Plastikgas es parte del Grupo Conti LLC, siendo los primeros en el mundo en desarrollar esta tecnología que logra la obtención de combustible a partir de los desechos utilizados. Respecto al proceso y su desarrollo, explican que los plásticos son polímeros compuestos por elementos como carbono, hidrocarburo, oxígeno, nitrógeno, colina y azufre. Ellos han desarrollado la técnica de ingeniería inversa para devolver el plástico a su estado de hidrocarburo. En el proceso se obtienen cinco tipos: gasolina, gasoil, querosén, parafina y gas licuado de petróleo. Los plásticos se recogen e incineran en la planta de procesamiento y cada petróleo se evapora a una temperatura diferente.
El proceso para lograr ésto es conocido como pirólisis. Este implica el ingreso del plástico a un reactor, donde es sometido a temperaturas de alrededor de 800 grados centígrados. Después se produce la condensación y mediante controles de calor y gases se destila el combustible.
La empresa cuenta con la certificación de tres laboratorios: de la empresa petrolera mexicana PEMEX, por Clean Combustion Reaserch Center vinculado a la industria automovilística británica MacLaren que produce autos para la Fórmula 1, y por King Addullah Universidad de Ciencia y Tecnología de Arabia Saudita.