Un refugio biotecnológico toma vida en Bariloche
Refugio Fúngico se llama este proyecto experimental de investigación y desarrollo biotecnológico que propone la materialización de una instalación efímera en San Carlos de Bariloche, generada a partir de un biomaterial producido a base de desechos orgánicos y la incorporación de Micelio, un organismo vivo perteneciente al reino de los hongos.
El Micelio posee una estructura de filamentos microscópicos denominados hifas que se expanden en forma de red, alimentándose de materia inerte, aglomerando los desechos orgánicos y generando una estructura que posee la capacidad de adquirir una resistencia final superior a la de materiales como el hormigón.
A su vez se caracteriza por su gran liviandad, sus propiedades ignífugas y termoacústicas, y su buena flotabilidad debido a su porosidad.
Al estar compuesto por desechos orgánicos y un organismo vivo, el biomaterial es biodegradable y compostable, por lo que una vez cumplida su función puede retornar al medio en forma de abono, volviendo al inicio para nutrir la tierra y dar nuevamente vida.
La instalación propone un refugio generado a partir de una serie de ladrillos de Micelio de la especie de hongos comestibles Ganoderma Lucidum (Reishi). Los ladrillos poseen la capacidad de interactuar con el medio, dado que su textura y color derivan de la expresión generada por el Micelio en relación a las variantes climáticas y atmosféricas del contexto.
Buscando llevar al máximo las múltiples formas de relación con el material, se incorpora también la expresión sonora. La instalación pretende expandir la experiencia sensorial del espacio que configura, permitiendo también escucharlo, traduciendo la bio-data obtenida de la actividad del Micelio vivo en expresiones sonoras a través de la bio-sonificación.