Hormigón rojo y madera clara
La casa roja está diseñada como un kit de construcción repetitivo de elementos de hormigón aislados. Los elementos portantes están dispuestos independientemente de las paredes interiores, proporcionando una vivienda generosa que se puede adaptar a las necesidades cambiantes. La construcción racional hizo posible que los clientes hicieran gran parte de la construcción.
Los precios de la vivienda en Noruega son altos y hay pocas alternativas al mercado de vivienda estandarizado. Los arquitectos autores de este trabajo buscaron contribuir a facilitar diferentes formas de vida: viviendas cooperativas, autoconstruidas, intergeneracionales y otros arreglos para compartirlas.
El de Lillehammer es un proyecto destinado a una familia de tres generaciones, con un programa relativamente grande y un presupuesto limitado. Por eso necesitaban soluciones asequibles que se adaptaran al uso previsto.
La topografía donde está enclavada es escarpada, con una diferencia de altura de 10 m dentro de un sitio de 650 metros cuadrados. Gran parte de la casa está excavada en la ladera para ajustar el programa y, al mismo tiempo, seguir las normas de altura y maximizar la vista. La casa está inclinada en diagonal a la caída del terreno con el fin de generar espacios exteriores de alta calidad.
En base al presupuesto y con dos fachadas parcialmente subterráneas, se optó por elementos prefabricados de hormigón exterior. Todas las fachadas, tanto superficiales como subterráneas, están hechas de hormigón aislado (Cellcrete) con una capa exterior de 50 mm de hormigón pigmentado. Se agrega óxido de hierro a la mezcla para crear el distintivo color rojo. Las losas están expuestas en el techo para que la estructura sea legible.
Las juntas visibles entre los elementos prefabricados y las líneas entre los tableros en la mezcla de fundición genera un patrón característico en las fachadas. Los elementos de hormigón se repiten para reutilizar el encofrado.
La madera es a menudo el material elegido en proyectos con ambición de sostenibilidad. Sin embargo, piedra u hormigón son materiales duros y robustos para durar. En Lillehammer se buscó investigar una casa que pueda absorber la evolución del uso para una arquitectura sostenible, que se construye para durar por adaptación o reapropiación.
Las paredes interiores son independientes del sistema de carga y la casa se puede adaptar fácilmente a futuros residentes o necesidades cambiantes.
El interior de la cocina y el salón están revestidos de pino sin nudos, tanto en paredes como en techo. Las losas de hormigón quedan expuestas en el techo y los pisos están cubiertos con solera de cemento. A través de su participación en el período de construcción, los propietarios sienten una fuerte pertenencia tanto al proceso como al resultado final.