Se diseñan edificios basados en necesidades actuales para que perduren hasta un mañana indefinido, que puede variar desde 50 años hasta un siglo. Se diseñan bellos y eficientes, en un contexto determinado, pero en general no se piensa qué les pasará durante su vida útil, ni se tiene en cuenta si el usuario realmente lo habitará durante todo ese tiempo. A la hora de elegir materiales se buscan aquellos con vidas útiles diversas: hormigón, acero, madera, etc. Asimismo, se piensa que en el futuro el edificio podrá ser rehabilitado, pero no se diseña expresamente para facilitar ese proceso, ni contemplando si podrá adaptarse a las necesidades futuras. En el caso de tener que ser demolido no se tiene en consideración desde el principio cómo será la misma, ni si se podrán reutilizar los materiales.
Nombre de la obra: Pabellón del Pueblo
Diseño: Bureau SLA & Overtreders W.
Año de instalación: 2017
Ubicación: Eindhoven, Países Bajos.
Material Revalorizado: Plástico de desecho
Poco a poco se reutilizan más los materiales de construcción y se avanza en la arquitectura modular y prefabricada. Pero, mayoritariamente, se sigue diseñando sin considerar toda la vida útil del edificio, ni su adaptabilidad en el futuro. La nueva construcción sostenible pasa por diseñar con estas pautas y conseguir edificios flexibles, que se adapten fácilmente a las necesidades de sus futuros usuarios.
Para lograr este concepto, lo principal es llegar a una clara visión integral de la arquitectura que lleve a diseñar pensando en todo el ciclo de vida de la edificación, incluyendo la futura reutilización o demolición de la misma.
La arquitectura sostenible del futuro debe aplicar los conceptos de la economía circular, para conseguir edificios adaptables al entorno y de “Impacto Positivo”, es decir, que no solamente consuman menos o produzcan menos residuos, sino que impliquen efectos positivos en sus ocupantes.
Para trabajar en este concepto de Arquitectura Circular, en primer lugar hay que cambiar el enfoque: el profesional diseña integrando el mayor número de elementos y restricciones posibles y trata el edificio como un todo; sin embargo, el enfoque “circular” plantea un rumbo “sistémico”, es decir, se diseña mediante sistemas funcionales, teniendo en cuenta la modularidad y adaptabilidad de los diferentes componentes, y considerando el cambio de necesidades a lo largo del ciclo de vida del edificio. Ésto permite tratar cada problema concreto desde diversos puntos de vista, creando, a su vez, nuevas posibilidades de uso y reutilización.
El pabellón mencionado, un centro comunitario que funcionó en el corazón de la feria, se construyó sin tornillos, pegamentos, taladros ni sierras. Es así como vigas de hormigón y madera, artefactos de iluminación, elementos de fachada, revestimiento de plástico reciclado e incluso, el techo de vidrio, todos los materiales fueron devueltos sin daños.
La experiencia del People’s Pavilion conduce a un innovador lenguaje de diseño que revela un nuevo futuro para la edificación sostenible: la construcción colaborativa, que se pone en marcha sumando métodos inteligentes de arquitectura y ensamblaje.
La base es una construcción de 12 pilotes de cimientos y 19 marcos de madera. Los marcos consisten en vigas de madera sin cepillar, de dimensiones estándar, unidas con correas de acero. Los pilotes y los marcos de hormigón están conectados con 350 cintas tensoras, creando una estructura primaria de ocho metros de altura para el edificio de 250 m2.
El techo de vidrio se realizó usando un sistema que comúnmente se emplea para invernaderos. De este modo ingresa luz en el interior, cuya planta es similar a la de una iglesia. De hecho, los bancos de madera que se utilizaron durante la feria fueron prestados por Keizersgrachtkerk, una iglesia de Ámsterdam.
La fachada de vidrio en la planta baja es un remanente de una remodelación de la sede central de una empresa de tecnología local, y se utilizó para una nueva oficina después de la feria de diseño.
Las losas de hormigón del podio también fueron prestadas. Lo mismo que la iluminación, la calefacción, la barra y otros elementos interiores.
Párrafo aparte merecen las tejuelas de colores llamativos que compusieron la fachada superior, que fueron el resultado del reciclaje de materiales plásticos de desecho doméstico recogidos por los residentes de Eindhoven. Por eso, una vez desarmado, fueron distribuidas entre los habitantes de la ciudad.
El pabellón fue galardonado en la categoría de Sustentabilidad en los Frame Awards 2018, destacándolo como un diseño que propone soluciones y reformulaciones de las huellas sociales, económicas y ambientales que genera el ámbito de la construcción.