El sitio de la construcción del sur argentino

Agosto 2016 - Año XXVI
Noticias y Novedades

Hormigón y vidrio en un barrio parque

Ubicada en un barrio residencial de baja densidad –Palihue, creado a fines de la década de 1940–, a pocas cuadras del centro de Bahía Blanca, esta vivienda fue concebida en función de las necesidades del cliente: un área familiar, una de huéspedes, para sus hijos que no residen en forma permanente, y una de uso privado. Para lograr un buen funcionamiento se buscó que las tres pudieran ser utilizadas de manera autónoma.

El proyecto se organiza a partir de un módulo estructural que se repite, conformando los diferentes espacios. Esa geometría, compuesta por columnas de acero, muros de hormigón y carpinterías de aluminio, sintetiza con pocos detalles la totalidad de la obra.

El posicionamiento de dichos módulos coloniza el terreno y organiza las diferentes zonas exteriores. Estos vacíos o patios que la forma de la casa genera (patio social, de lectura, de transición con la ciudad) se interrelacionan con los interiores.

Para lograr eficiencia térmica los muros de hormigón se ejecutaron en dos fases: primero la cara exterior, estructural, posteriormente el lado interno con módulos prefabricados previa colocación de las barreras y aislaciones necesarias para alcanzar un adecuado confort interior. Para los paños vidriados expuestos al sol de verano se posicionaron árboles y arbustos con la función de regular la luz natural directa.

Una casa de Richard Meier, lugar histórico

Una de las residencias más notables de Richard Meier, la Douglas House (1973), ha sido incluida en el registro nacional de lugares históricos, la lista federal de los recursos culturales dignos de preservación de Estados Unidos. El anuncio se produce después de una renovación de la propiedad en 2011, y le otorgará el estatus legal para asegurar el edificio a las generaciones venideras. La Casa Douglas nació de una relación cliente-arquitecto fructífera, en un lenguaje moderno propio de Meier. Los propietarios contactaron a Meier después de ver uno de sus primeros diseños, la casa Smith, en la portada de una revista.

"Un día recibí una carta de James Douglas preguntando si les podía vender los planos de la Casa Smith. Le respondí que no podía vender los dibujos pero sí podía diseñar una casa de líneas similares. Ellos aceptaron y empezamos a diseñar una casa para un sitio en el norte de Michigan. El desarrollador insistió en revisar el diseño y se negó a permitirla ya que no tenía cubierta a dos aguas. Los Douglas respondieron con la venta del terreno y la búsqueda de otro sitio", contó Meier.

El equipo descubrió un sitio inclinado en un acantilado boscoso de Harbor Springs, Michigan. Meier propuso una casa de madera con una torre de acero de 5 pisos, pintada de blanco, para actuar como una lámina para el entorno natural pleno de árboles. Tan empinada es la pendiente hasta el lago Michigan que la casa de 418 m2 debe ser introducido a través de un puente que conecta a la planta superior.

Gran parte de su fachada es una superficie perforada por aberturas y ventanas de tiras horizontales, que permite vistas espectaculares del lago y sus alrededores. "Cuando las personas entran se sienten transportados afuera", explica Meier.

Meier también ayudó en las recientes renovaciones, llevadas a cabo por los actuales propietarios, que la encontraron en 2007 en estado de deterioro. Fue entonces que comenzó un proceso de cuatro años de actualización y reparación, respetando el diseño original.

Richard Meier es, a sus 82 años de edad, una leyenda de la arquitectura, galardonado con el Premio Pritzker y la Medalla de oro de American Institute of Architects.

La batidora Oster, evolución de una licuadora

La firma americana John Oster, dedicada a la fabricación de artículos para la industria de la peluquería, adquirió en 1946 la empresa Stevens Electric, la misma que había inventado la licuadora dos décadas antes. Poco después, Oster lanzó su primera batidora, llamada Osterizer y hoy conocida como Oster Clásica 4655, la cual causó furor en los hogares, abriendo un mundo de posibilidades en la cocina.

A lo largo de los años se han ido introduciendo modificaciones en el aparato para optimizar su rendimiento, pero respetando siempre la esencia del diseño original. La Oster Clásica dispone de un potente motor de 600 W con control de 3 velocidades y un sistema patentado de anclaje y transmisión totalmente metálico, que le otorga una durabilidad superior a otras batidoras de vaso: hay hogares que todavía utilizan modelos de la década de 1960.

En la actualidad mantiene su inconfundible diseño de aire retro y el característico acabado en metal cromado de la base, convirtiéndose en una pieza icónica del diseño industrial del siglo XX.

Sus cuchillas de acero inoxidable de exclusivo diseño son capaces de batir, picar, moler y triturar todo tipo de ingredientes, incluido el hielo. Su sistema de desacople hace que sea muy fácil de limpiar y su jarra de vidrio refractario resiste cambios extremos de temperatura. Todo ésto se une a su versatilidad, que permite preparar no sólo bebidas, sino otras muchas recetas.

Las piezas de hormigón y un edificio a lo lejos

Diseñado por un grupo de artistas integrado por Mathias Goeritz, Helen Escobedo, Miguel Felguérez, Hersúa, Sebastián y Federico Silva e inaugurado en 1979, el Espacio Escultórico nació como una obra creativa colectiva que hoy se enfrenta a una nueva nota en el horizonte: el edificio H de la UNAM, que ha sido emplazado al oriente del Espacio, poniendo en riesgo su conservación más allá del objeto y convocando artistas, académicos y defensores que se han movilizado para restaurar el valor esencial de la pieza. Se trata de una intromisión a la lejanía, pero que quita escala y presencia al conjunto.

La topografía del entorno permite vistas muy distantes. Por el sureste están los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, al sur, el Ajusco, al oeste la sierra de las cruces y al norte parte de la ciudad de México.

El área que ocupa el Espacio Escultórico comprende alrededor de 100 metros de diámetro, enmarcados por una secuencia perimetral de 64 prismas triangulares de concreto, colocados sobre un círculo de arena de tezontle. Esta escultura habitable y de proporciones magistrales se erige como evidencia del valor espacial del sitio, un lugar privilegiado entre fauna endógena y piedras volcánicas.

A finales del año 2015, la Universidad Autónoma de México proyectó el Edificio H, destinado a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, a unos 300 metros del perímetro del Espacio Escultórico. El edificio es un volumen vertical, de 7 pisos, completamente blanco y visible desde el Espacio, con 10 aulas, 65 cubículos y 12 oficinas.

Este edificio generó gran disconformidad que se manifestó de distintas maneras, hasta que el artista Pedro Reyes hizo presente en su visita la incidencia del Edificio sobre el lugar, planteando buscar una solución a esta intervención.

A partir de estas conversaciones, se suscitó una petición a través de la página de internet change.org titulada “Salvemos el Espacio Escultórico”, que hoy cuenta con casi 32.000 firmas de simpatizantes, artistas, curadores, promotores, galeristas y defensores de la causa.

En la petición se solicitaba la demolición de los últimos cuatro pisos. Esta plataforma dio lugar a nuevas posibilidades de diálogo; entre ellos, un mitín celebrado en el Espacio Escultórico. Entre las sugerencias se propusieron cubrir el volumen con espejos y disolver su impacto visual sin demoler nada. Otros proponían envolverlo con plantas para hacer el volumen más discreto.

Un comité integrado por arquitectos, ingenieros, biólogos, Historiadora del Arte, paisajistas y escultores evaluará el destino del Edificio H, y por lo tanto, del Espacio Escultórico.

El último día de junio desde la universidad se anunció que el Edificio no sería demolido, ni parcial ni totalmente.

La noticia no ha sido grata para los defensores del Espacio, que pretenden, además, disponer de actualizaciones en las políticas de conservación, restauración y construcción. La discusión sigue abierta y el caso se ha convertido en punto de interés de una puja de final abierto.

Oficinas en los antiguos Baños Ashton de Londres

Los antiguos baños municipales de Ashton son parte de un magnífico edificio ladrillero catalogado de grado II y una de las primeras piscinas municipales del Reino Unido. Construido por los victorianos en 1870, su vestíbulo tiene una espacialidad similar a una catedral y su chimenea es un punto de referencia de la ciudad. Los baños cerraron en 1970 y poco después la piscina pasó a ser utilizada como espacio de almacenamiento. Permaneció vacío durante más de 40 años y ha estado catalogado como "patrimonio en peligro" desde entonces.

El proyecto de reciclado fue financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, Tameside Council y del Heritage Lottery Fund. El desarrollo de un centro de incubación de empresas en su interior asegura su futuro.

La propuesta plantea un nuevo edificio dentro del edificio original, albergando un espacio de oficinas comerciales innovador y creativo, y ha conservado el ejemplo más grande de baños victorianos. La fase uno del proyecto involucra la antigua piscina y espacios auxiliares. La 2 está en curso y la 3 verá la remodelación de la parte anexa.

La fase completada es un local de oficinas destinadas a las industrias creativas y digitales e incubadora de nuevas empresas. El exterior ha sido restaurado para preservar su herencia victoriana.

La solución propuesta proporciona espacios comerciales y preserva la calidad espacial del antiguo vestíbulo. Las oficinas ofrecen 650 metros cuadrados de espacio en cuatro plantas.

Se dio una consideración cuidadosa a la compatibilidad de los nuevos materiales, al tiempo que proporcionan una clara distinción con lo existente. Las oficinas están revestidas con madera contrachapada y tablas de cedro rojo. La forma del edificio se curva y se aleja de la cara interna de la envolvente para preservar las vistas hasta el techo, que ahora se puede ver en detalle desde la terraza. Las nuevas oficinas "flotan" en una planta baja acristalada, de suelo a techo, manteniendo las vistas a través del espacio y reflejando el uso original del vestíbulo. La primera y segunda planta tienen grandes ventanas con vistas a los detalles arquitectónicos originales.

El Coliseo romano recupera su color

Tres años y 25 millones de euros después, el Coliseo luce en todo su esplendor. La restauración del anfiteatro romano fue sufragada por el empresario Diego Della Valle, dueño del grupo de artículos de lujo Tod’s, y auspiciada por la política de incentivos fiscales del gobierno italiano. “Esto no es solo una gran operación de restauración”, dijo el primer ministro italiano sobre la arena del monumento construido en el siglo I, “sino el ejemplo de lo que Italia quiere ofrecer: la recuperación de su identidad cultural. Solo lograremos salvar Europa si dejamos de hablar de finanzas, bancos, reglas y parámetros. Tenemos que volver a hablar del alma, de nuestra propia identidad y de nuestros propios valores”. La restauración también es un símbolo para Italia. Hasta hace un par de años, el monumento solo aparecía en las noticias porque un trozo de muro había estado a punto de caerse. El mecenazgo de Della Valle provocó la reacción del Gobierno italiano, que aprobó una serie de incentivos fiscales para la recuperación del patrimonio. Por otro, conminó al mundo empresarial a acudir en auxilio de un país que no lograba conservar su patrimonio. “Los empresarios tenemos que sostener a los territorios que nos circundan con obras solidarias y apostar por operaciones de este tipo para sentir realmente el orgullo de ser italianos”.

La rehabilitación se puede resumir en dos fases. La primera eliminó la suciedad que han ido dejando los siglos. Descubierto el color del travertino, se identificaron las lesiones. La limpieza se realizó mediante agua atomizada, más ventajosa y menos dañina para la superficie.

Bajo la suciedad se encontraron bloques de piedra de 20 y 25 kilos a punto de desprenderse. En algunos casos fueron fijados y en otros se optó por quitarlos. No se pensó en devolver al Coliseo su estructura original, sino respetar el paso del tiempo: “No necesitamos repetir el pasado, sino revalorizar lo que ya tenemos”, se dijo.

Una decisión trascendente fue recuperar la totalidad de la arena, obra financiada con 18 millones de euros. Cuando haya sido completada, los turistas podrán ver el Coliseo desde el centro de la arena y en ella se podrán organizar eventos culturales de altísimo nivel.

Puente de Viento y Lluvia

Las grandes inundaciones de 2014 en China, dejaron numerosos pueblos aislados, rompiendo las redes tradicionales de abastecimiento y relaciones. Este puente, construido en Peitian, un pueblo de más de 800 años de antigüedad en Fujian, al este de China, fue pensado para restablecer esas conexiones pero, también, para generar un espacio de encuentro comunitario.

Situado en las afueras del poblado, fue diseñado para ser construido sin sujeciones mecánicas. Llamado "Puente de Viento y Lluvia", es una estructura de madera de enclavamiento bidireccional, basada en la larga tradición nativa de construcción en madera. Cada uno de los 265 elementos que lo componen es único e integral, montado bajo la supervisión de carpinteros tradicionales.

El puente crea un espacio comunitario, donde la población puede socializar y realizar intercambios. Abierto hacia el pueblo, dialoga con el terreno variable y proporciona un lugar de descanso del clima cambiante.

La integración de metodologías de diseño digital fue fundamental para este proceso, ya que permite la planificación y la comprobación de sistemas complejos. Apoyado por el Gallant Ho Experiential e integrado al curso de diseño arquitectónico de la Universidad de Hong Kong, el proyecto llevó a 70 estudiantes a ayudar en la construcción de su estructura.

Una biblioteca para los nuevos tiempos

El certificado de oro LEED® para la Biblioteca Municipal de Surrey, en Canadá, marca la primera fase de una importante inversión cívica en la transformación de la ciudad. Con grandes avances en la información electrónica, el papel de las bibliotecas está cambiando y la colección de libros ya no es para muchos el foco central.

El diseño de este edificio evolucionó a partir de la necesidad de proporcionar un espacio para la lectura, el estudio y un punto de encuentro para la comunidad. Cuenta con grandes ventanas, una entrada de bienvenida con gran campo visual para orientarse rápidamente, un bobinado hacia un atrio central y dos claraboyas que permiten la entrada de luz natural.

La técnica de software de modelado que se utilizó aseguró que el encofrado de hormigón fuera eficiente y fácil de construir. Las paredes inclinadas hacia afuera proporcionan protección solar. Junto con las sugerencias de los bibliotecarios, se utilizaron las redes sociales para involucrar a la comunidad en el diseño del edificio, animándola a enviar comentarios y fotos, haciendo que la Biblioteca sea el primer edificio diseñado con la ayuda de esos medios.

Córdoba con techos verdes

El Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba ha aprobado una ordenanza que obliga a instalar vegetación sobre las cubiertas que superen los 400 m2 de superficie, en el caso de edificios residencial y comerciales, y los 600 m2, en el caso de los industriales. El objetivo es "generar una red de techos verdes que aumenten la absorción de CO2, ayudando a disminuir y retardar el paso de las aguas pluviales desde las construcciones a los desagües urbanos.

La norma incluirá un “manual de buenas prácticas” para su diseño y construcción, y deberá aplicarse en edificios nuevos y existentes antes de un plazo de 3 años. Los concejales aseguran que los costos de inversión se amortizan por el ahorro en energía y que los de mantenimiento son iguales a los de un patio. Desde el Colegio de Arquitectos de Córdoba cuestionan la obligatoriedad y la retroactividad de la ordenanza y el hecho de no haber sido invitados a discutir la normativa.

Los edificios abarcados por la ordenanza deberán instalarse coberturas de plantas (las especies autóctonas están mencionadas), a la vez que se podrán hacer huertas. La idea de los ediles es apostar a una ciudad más sustentable, de modo de no estar ajena a la alta contaminación que sufren las grandes ciudades.

Una ciudad entera se traslada para no hundirse

En el municipio sueco de Kiruna viven 19 mil personas, pero en un par de décadas toda la población deberá trasladarse: sus casas se están hundiendo Kiruna es la ciudad más al norte de Suecia, en pleno Ártico, y el segundo municipio más grande del mundo por sus 20 mil km2 de extensión. Su historia está íntimamente ligada a la minería del hierro: desde 1900 explotó las enormes minas que rodean a la población y que, hasta entonces, se estaban trabajando sin contar con una población fija.

La ciudad fue planeada desde cero por el arquitecto Per Olof Hallman que la diseñó para soportar las bajísimas temperaturas y los vientos polares y acomodar a los mineros en un entorno agradable, con todo los servicios sociales necesarios, pese a que la mitad del año el sol brilla por su ausencia. Todo parecía estar muy bien pensado, pero los arquitectos no contaron con un pequeño detalle: el terreno sobre el que se asienta la ciudad está bajando debido al movimiento de tierras provocado por la extracción de minerales.

La ciudad está situada entre dos montes que contaban con sendas minas. En la actualidad solo se excava uno de ellos, con una de las minas más profundas del mundo que llega a los 1.600 metros.

Durante más de un siglo, se han retirado de la mina mil millones de toneladas de hierro, lo que ha provocado un fenómeno geológico conocido como subsidencia: el terreno sobre el que se asienta la ciudad se está viniendo abajo debido al movimiento provocado por la extracción de minerales. Muchos edificios están ya en un estado lamentable y se han llegado a hundir partes del pueblo. Po ello es que las autoridades suecas han llegado a la única conclusión: Kiruna debe mudarse a un terreno seguro.

Los problemas salieron a la luz en 2004, cuando la empresa minera comenzó a realizar perforaciones más profundas que provocaron vibraciones en el subsuelo y el surgimiento de nuevas grietas. Debido a ésto, el Ayuntamiento convocó a un concurso internacional cuyo objetivo era buscar la mejor forma de organizar una macromudanza que garantizara la sostenibilidad futura y fomentara la cohesión urbana y social de los vecinos.

Se presentaron 57 propuestas, procedentes de estudios de todo el mundo. Las empresas White Arkitekter y Ghilardi + Hellsten fueron las ganadoras, con su proyecto Kiruna 4-ever.

El plan, cuyas primeras fases deben comenzar en 2018, planea el traslado de manera gradual a 3,2 kilómetros de su ubicación actual, en un proceso que durará 20 años.

El aspecto del pueblo será el de una gran avenida de la que saldrán los barrios en forma de dedos, separados por el paisaje natural del ártico. Algunos edificios importantes, como la iglesia central –de estilo “art nouveau” y una de las más grandes de Suecia–, serán desplazados enteramente; otros, sencillamente, se derribarán y serán construidos de nuevo, ladrillo a ladrillo.

Los vecinos de Kiruna están mayoritariamente a favor del plan aunque preocupados por el costo o la logística. Los mayores lamentan perder su pueblo de toda su vida. El mayor desafío no es diseñar una nueva ciudad, sino mover la mentalidad de la gente y su cultura.

Los Indios crean nuevos bosques

The Associated Press citó el ministro jefe del estado de Uttar Pradesh, el más popular de la India, Akhilesh Yadav, para plantearle que el mundo “se ha dado cuenta de que se necesitan grandes esfuerzos para reducir las emisiones de carbono y mitigar los efectos del cambio climático”. Esa ciudad ha dado un primer paso para contrarrestar esa realidad. Yadav hizo los comentarios a voluntarios reunidos en Kannauj, a 250 kilómetros de la capital del estado. Más de 800.000 personas recibieron millones de arbolitos para plantar en puntos designados a lo largo de las carreteras, vías de ferrocarril y zonas boscosas, con una inversión de unos $ 6,2 millones de dólares que permitirá generar nuevos bosques.

En las negociaciones sobre el clima realizadas en París, en diciembre pasado, el gobierno indio se comprometió a aumentar la cobertura forestal a 95 millones de hectáreas en 2030. El gobierno está alentando a los 29 estados para iniciar las unidades de plantación de árboles.

Los sitios de plantación serán monitoreados a través de fotografías aéreas para ver cuántos árboles crecen. Por lo general, alrededor del 60 por ciento de los árboles jóvenes sobreviven, con el resto condenado a sucumbir a la enfermedad o la falta de agua. De acuerdo con recientes estudios de la India, la cubierta forestal en el país es del 21,23%. El objetivo del Gobierno es aumentarla al 33%, permitiendo retener 2,5 millones de toneladas de carbono.

La torre más esbelta del mundo

Después de pasar por una serie de pruebas de movimiento, la torre de observación i360 de British Airways ha alcanzado su altura máxima con 138 metros de alto.

Anunciada como la “torre de observación más alta del mundo”, la estructura, de 18 metros de diámetro, proporcionará vistas en 360 grados de la costa británica de Brighton y Hove, la costa de Sussex y el Canal Inglés, permitiendo la visita de hasta un máximo de 200 pasajeros al mismo tiempo.

Diseñada por Marks Barfield Architects (los mismos del London Eye y de la propuesta de un teleférico de Chicago), la torre fue recientemente incluida en el libro de Récord Guinness como la más esbelta del mundo, alcanzando una relación altura-ancho de 41:1.

El sistema de elevación de la cápsula, impulsado por cable, fue desarrollado por una compañía francesa y estudios de ingeniería de Alemania y Holanda.

Como un nuevo icono en el West Pier de Brighton, el proyecto contará con un centro de visitantes, un restaurante de 400 asientos, una tienda de regalos, una zona de juegos para niños, una zona de exposición y espacios para conferencias y eventos.

Según los arquitectos, la torre “es una proeza de la ingeniería de vanguardia, combinada con nuevas tecnologías y un diseño elegante, generando una atracción futurista para los visitantes del paseo marítimo de Brighton”.

Hacer escuela de la mejor manera

Nativo de Burkina Faso, Francis Kere creció con muchos retos y pocos recursos. Cuando era un niño, viajaba 40 kilómetros para asistir a una escuela con mala iluminación y ventilación. La experiencia de aprender en este ambiente opresivo le afectó tanto que cuando comenzó a estudiar arquitectura decidió invertir sus conocimientos en la construcción de una nueva escuela en su pueblo natal. Con el apoyo de su comunidad y los fondos recaudados a través de su fundación, realizó su primer edificio.

El diseño evolucionó a partir de una lista de parámetros incluyendo el costo, el clima, la disponibilidad de recursos y la viabilidad de la construcción. El éxito del proyecto se basó en abrazar y negar estas limitaciones. Con el fin de maximizar los resultados con los mínimos recursos disponibles, utilizó una construcción de arcilla y barro, disponible en abundancia. Estas técnicas tradicionales fueron modernizadas con el fin de crear una construcción más robusta estructuralmente. Los ladrillos de arcilla tienen la ventaja de ser baratos, fáciles de producir, y capaces de proporcionar protección térmica. Las paredes están protegidas de las lluvias con un techo en voladizo grande.

El techo se alejó del espacio interior y se introdujo uno de arcilla perforada. Este techo de ladrillos apilados en seco permite la ventilación máxima, tirando aire frío por las ventanas interiores y liberando el caliente a través del perforado.

El éxito del proyecto se puede atribuir a la participación de los habitantes, quienes trabajan en conjunto para construir las casas en zonas rurales. Técnicas sostenibles de baja tecnología se han desarrollado y mejorado para que los aldeanos puedan participar del proceso. Los niños reunieron piedras para la fundación y las mujeres trajeron agua para la fabricación de ladrillos. La escuela se completó en 2001 y recibió el Premio Aga Khan de Arquitectura 2004. Más importante, sin embargo, es que se convirtió en un símbolo de orgullo de la comunidad y permitió introducir nuevos proyectos culturales y educativos.

Un depósito de agua toma nueva vida

La suma de los arquitectos Atxu Amann, Andrés Cánovas, Nicolás Maruri y Adelino Magalhaes han resultado ganadores con su propuesta de un depósito fragmentado. Para difuminar la perturbadora imagen de un silo de agua en medio de una zona boscosa, la idea del proyecto consiste en fragmentar el depósito en dos y combinarlo con la naturaleza.

Resuelta la técnica, el proyecto se entendió como un edificio en un lugar, un problema de contexto e implantación.

La idea fue que el edificio pudiera disolverse, mimetizarse entre la masa de árboles, ser un árbol más dentro del bosque y que los animales y las plantas así lo entiendan.

El edificio es un acercamiento a la naturaleza, desde su fragmentación, su color y sus texturas. Pero también desde su capacidad de transformación y cambio, que enseña que es posible convivir sin sustraer de la belleza natural prácticamente nada; y que la arquitectura tiene su corazón dispuesto a complementar el medio. “Este proyecto es en definitiva un paisaje”, señalan los autores.

La solución plantea dos depósitos –suman 260 m2– que se fragmentan en sus recubrimientos para ofrecer una imagen leve y etérea. Los depósitos y sus fustes se recubren de distintas pieles de madera que ofrecen una imagen dinámica y viva, en movimiento, que asumen los hábitats de las distintas especies de aves que colonizaran la propuesta y asumen también la existencia de un cierto nivel de vegetación.

El empleo de maderas del lugar simboliza el compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo de artesanías propias. La técnica, resuelta con pulcritud por los ingenieros, tiene el espíritu de servir, sin asolar la naturaleza.

Nuevas Colinas

Una curiosa intervención en una de las islas vecinas de New York, en los Estados Unidos, derivó en un particular paseo entre colinas. La obra se encuentra en Governors Island, una isla de 70 mil m2 en el corazón del puerto de Nueva York, a 730 metros de Lower Manhattan y a 365 de Brooklyn. Al lugar se llega por ferry, en 7 minutos desde el Muelle 6 en Brooklyn Bridge Park.

Diseñado por el arquitecto paisajista Adriaan Geuze y su equipo West 8, las Colinas en Governors Island son la culminación del Governors Island Park y el Plan Maestro de Espacio Público completado en 2010. Gracias a una altura de entre 7 y 20 metros por encima del nivel del mar, ofrecen una experiencia panorámica de 360 grados de la bahía. Su apertura marcó un hito en la transformación de Governors Island, donde funcionara una base militar. En el lugar hay cuatro colinas: Grassy Hill, Slide Hill, Discovery Hill y Outlook Hill y conforman la última adición al parque. Las primeras 12 hectáreas que abrieron al público en 2014 incluyen una plaza con plantas de temporada, asientos, puestos de comida y un laberinto de setos, áreas de juego y relajación, con dos campos de césped para el softbol y el béisbol. Los visitantes tienen la posibilidad de caminar o montar en bicicleta alrededor de todo el paseo.

La transformación de Governors Island a través de la topografía es el principio animador de diseño del parque de 16 hectáreas. Es el lugar más cercano en tierra en NY desde el que se puede ver la cara de la estatua de la libertad.

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