El sitio de la construcción del sur argentino
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Agua que no has de beber...
Sólo el 2,5% del agua del planeta es apto para el consumo, la industria o la agricultura. Ante este dato y la vital dependencia del agua, es necesario saber cómo tratar y reciclar agua, ya que es un bien cada día más escaso. Una de las formas más fáciles y eficaces de reciclaje es recuperar agua de la lluvia.
A continuación ahondaremos en este tema, por considerarlo un tema de suma importancia el cuidado y la utilización consciente y responsable del agua ante una población cada vez más numerosa.
Es importante aclarar que el agua que podemos recuperar de la lluvia no es apta para consumo humano si no se la potabiliza antes, pero sí es perfectamente utilizable para regar, limpiar el hogar y otras tareas que requieran agua.
La recolección del agua de lluvia puede ser de gran utilidad en zonas de precipitaciones copiosas y también en aquellas otras en las que las lluvias se concentran en una temporada concreta, para así aprovecharla en función de las necesidades y las cantidades recogidas.
Las soluciones más sencillas
La recuperación del agua de lluvia mediante la instalación de un recipiente que recoge el agua que cae del techo por las canaletas, con almacenaje automático, sin tener que estar pendiente de nada, excepto de desconectarlo en los meses de invierno para que no se forme hielo o de abrir las válvulas si la tormenta es importante, con el fin de que no rebose, es la opción más practicable.
Una vez instalado, tan sólo hay que esperar que llueva al menos una primera vez y empezar a utilizarlo a través de un pequeño grifo. Se pueden usar recipientes individuales o instalar varios para aumentar su capacidad, e incluso es factible apilar varios en horizontal y conectarlos mediante un sistema de distribución que confluya en un sólo grifo.
çLa recolección de agua de lluvia es ley
La Legislatura Porteña aprobó en el mes de julio del año 2012 un proyecto de ley que exige a los edificios nuevos implementar un Sistema de Recolección de Aguas de Lluvia. Las aguas recuperadas se utilizan en la limpieza de veredas, patios y riego de jardines, con el objetivo de preservar el agua potable y contribuir a crear conciencia para su uso racional. Esta iniciativa había sido presentada en 2010 por la diputada María Karina Spalla (PRO) y fue aprobada con 45 votos a favor y cinco abstenciones.
La ley obliga exclusivamente a los “edificios de propiedad horizontal y/o multifamiliares de más de cuatro plantas, edificios fabriles, depósitos y otros usos a determinar por la reglamentación respectiva cuyos planos se registren con posterioridad a la sanción de la presente Ley”.
No serán incluidos los edificios preexistentes, aunque habrá beneficios para aquellos que voluntariamente adecuen sus instalaciones para cumplir por lo menos con la mitad de los requisitos que pide la ciudad para los nuevos. La ley determina que “el Banco de la Ciudad de Buenos Aires adoptará las medidas necesarias para implementar líneas de crédito preferenciales para consorcios y/o propietarios de inmuebles preexistentes que lo soliciten”.
El sistema consiste en la recolección de aguas de lluvia mediante los conductos pluviales del edificio, su almacenado en tanques de reserva exclusivos y su conexión a la red domiciliaria para provisión en épocas de lluvias escasas y se estima que la implementación de este sistema en su totalidad permitirá un ahorro diario de 300 litros de agua potable por cada inmueble.
La ley aprobada modificó el actual Código de Edificación de la Ciudad, agregándole el Capítulo 5.10.1.4 titulado: “Sistema de Recolección de Aguas de Lluvia. Aguas Recuperadas”. En este capítulo, a lo largo de seis artículos, se detalla quiénes son alcanzados por la ley, las características técnicas del sistema, las características y beneficios para los edificios preexistentes y la forma de mantenimiento de los tanques de reserva.
Si buscamos algo más sencillo aún, habrá que colocar bidones sin tapa, del modo tradicional. Si bien será más limitado a la hora de extraer el agua (sin grifo en el que poder conectar una manguera, por ejemplo) y también al intentar llenarlos, pues la lluvia no siempre es tan fuerte como para que el sistema resulte productivo.
Se recomienda colocar una tela mosquitera para cubrirlos para evitar que el agua se llene de insectos y se contamine.
Cisternas subterráneas o externas
Una opción a analizar es la instalación de cisternas subterráneas. Básicamente se trata de enterrar un tanque que se alimente de agua de lluvia a través de canales u otro sistema de recuperación de agua, para poder crear un depósito disponible para los usos que necesitemos. Por lo general, las cisternas subterráneas abastecen de agua a las viviendas o a instalaciones industriales, como granjas o fábricas, haciendo llegar el agua mediante bombas que permiten que ésta llegue a cualquier punto, incluyendo un primer o segundo piso o cualquier otra, siempre que el sistema de bombeo lo permita.
La cisterna no tiene por qué ser subterránea, pero normalmente conviene que así sea por cuestiones estéticas y también prácticas.
Otra alternativa es la utilización de cisternas externas flexibles, que permiten su traslado si son de tamaño reducido y, en todo caso, su ubicación resulta más sencilla e incluso pueden esconderse.
Se trata de “bolsas” diseñadas especialmente para este uso, que van llenándose de agua, de un material muy resistente, y que permiten usos tan diversos como la jardinería, el riego de un huerto o para consumo, previo tratamiento en este caso. Siempre que el agua reúna las condiciones higiénicas y sanitarias necesarias para una u otra utilización, el uso lo decidimos nosotros. En el caso de querer ingerirla, sería conveniente realizar análisis previos y, si fuera necesario, llevar a cabo una purificación mediante sistemas ozonizadores o cualquier otro que garantice una adecuada salubridad del agua.
Se trata, en fin, de elegir el sistema que más se adapte a las necesidades que tengamos, al presupuesto que dispongamos y las condiciones climatológicas del lugar en que las ubiquemos. Finalmente, será tan fácil como colocar un contendor debajo de la canaleta, que puede ser desde un barril hasta una cisterna que se alimente de ella, o hacer algo más complejo, como construir una cisterna subterránea, una inversión que será rentable a mediano pero que desde un análisis ambiental lo será desde el primer día.
Filtros de agua
Hay sistemas de reciclado de agua domésticas que permiten reutilizar el agua del lavabo y de la ducha (aguas grises), para usos que no requieren una alta exigencia en su calidad o potabilidad. La idea es reutilizar este tipo de aguas, que componen el grueso del consumo, para la cisterna del baño, la lavadora, la limpieza doméstica o el riego de jardines.
El sistema Aquacycle ha sido diseñado para viviendas unifamiliares o comunidades de vecinos. Según estudios técnicos realizados en Alemania, esta tecnología permite un 48%.
Este método limpia el agua de la ducha y del lavabo mediante un sistema biológico-mecánico, sin utilizar productos químicos, obteniendo agua limpia con una calidad constante en cuatro fases, que incluyen el filtrado, bio-cultivos que desmenuzan la suciedad del agua en las cámaras de reciclado principal y previo, y una lámpara UV, que se encarga de esterilizarla. Tras este proceso se obtiene un agua inodora, que puede almacenarse para su uso posterior, cumpliendo las normativas europeas en cuestiones de higiene en aguas de cuarto de baño.
Algunas ideas ingeniosas por el mundo
También la creatividad e ingenio son esenciales a la hora de crear nuestro sistema de recolección. Una opción muy ingeniosa es la denominada Raindrops, la cual consiste en un sistema de botellas que recogen el agua de lluvia de forma individual gracias a su comunicación con una canaleta, permitiendo el uso “in situ” o extrayéndolas de forma independiente.
El Watree, juego de palabras entre agua (water) y árbol (tree), se parece a un gran paraguas invertido. Con su enorme extensión abarca una importante cantidad de espacio (y funciona así como una gran copa). El Watree puede llegar a ser muy beneficioso cuando se trata de ahorrar agua. Fue creado por el australiano Chris Buerckner -este país posee un bajo nivel de precipitaciones- y puede colocarse en cualquier lugar del jardín, en parques de juegos infantiles o patios. Además de proteger de la lluvia y brindar sombra, el Watree recoge las gotas de lluvia y las transfiere a los tanques de almacenamiento, que pueden estar situados en lugares diferentes, según la conveniencia.
Para todos aquellos propietarios de viviendas ecológicas, la captación de agua de lluvia siempre ha sido una preocupación importante. Con el sistema CISTA esta tarea se ha simplificado, y la idea de que una construcción respetuosa del medio ambiente puede estropear la apariencia de tu hogar es ya obsoleta. Este creativo sistema de recolección de agua pluvial fue diseñado por el equipo de Fig Forty and MOSS SUND Architect. Según ellos, CISTA puede obtener hasta 100 galones de agua de lluvia (equivale a unos 378 litros). Además, no ocupa mucho espacio, se ubica de forma muy conveniente sobre una de las paredes externas de la casa y es de acero inoxidable, pero puede ser cubierto con una enredadera para mejorar su aspecto y hacerlo más “verde”, transformándose en un elemento más de cada casa ecológica.
El sistema Waterwall (pared de agua) hace que la recolección de agua de lluvia sea segura y fácil. Como su nombre lo indica, se trata de paredes que funcionan como un depósito para el almacenamiento de agua, siendo ésta su función primordial. El principal componente de la pared es el tanque de agua. Por lo general son más voluminosos que los tanques normales. A pesar de su tamaño, se le puede proporcionar una excelente capacidad cercana a los 2500 litros. El material que lo compone es polietileno de alta densidad, estabilizado contra los rayos ultravioleta que no permite el crecimiento de algas en el tanque de agua.
La recuperación de agua de lluvia para el aprovechamiento en hogares es una técnica utilizada desde tiempos remotos por nuestros antepasados y sirve para almacenar agua de buena calidad sin mucho esfuerzo. Si analizamos el consumo actual que posee una familia, veremos que hay muchos litros de agua que tranquilamente podemos reemplazar con estos sistemas de recolección, es decir, el ahorro que generamos con su práctica literalmente “nos cae del cielo”.