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Febrero 2014 - Año XXIII
Tecnología

Domótica: dejando atrás el futuro

por Ing. Diego A. Bussetti

La domótica estuvo asociada siempre a la idea de la “casa inteligente del futuro”. Poco a poco se instaló entre nosotros y maduró a tal extremo que las primeras casas domotizadas son hoy parte del pasado.

Un poco de historia

A comienzos de la década de 1990 empiezan a diseñarse los primeros sistemas para integrar los distintos componentes eléctricos de un hogar. Éstos estaban orientados exclusivamente a hogares del segmento socioeconómico AB1, por su altísimo costo y aún así, consistían en sistemas básicos, con poca cantidad de controles y, eventualmente, disponían de comunicación vía telefónica. En todos los casos se trataba de sistemas diseñados a medida, con altos costos de instalación y mantenimiento. A estos precursores se los denominaría más tarde “Domótica 1G” o domótica de primera generación.

¿Qué es?

Es el conjunto de tecnologías aplicadas al control y la automatización inteligente de la vivienda, que permite una gestión eficiente del uso de la e-nergía, además de aportar seguridad, confort, accesibilidad y comunicación entre el usuario y el sistema.

Hacia fines de esa década, y de la mano de empresas líderes en el desarrollo de electrónica de control, estos conceptos comenzaron a tomar forma en productos “enlatados” (no diseñados a medida), consistentes en sistemas más avanzados, pero a su vez más rígidos, de control de luces, aberturas y riego. Esta domótica, de segunda generación, se caracterizó por contar con software dedicado y dependencia absoluta de periféricos, tal como controles remotos o pantallas de alto costo.

La instalación y configuración de estos sistemas aún siguió siendo compleja y onerosa, y si bien en países de norteamérica y Europa estos productos lograron una pequeña penetración en el segmento socioeconómico más acomodado, en los países de sudamérica continuaron siendo productos prohibitivos para la clase media.

El presente en Argentina

De la mano de la tecnificación de los hogares de la clase media (portones y persianas eléctricos, riego por perforación, piscinas, circuito cerrado de TV, etc.) surgió la domótica de tercera generación, cuyas principales características son:

  1. Modularidad. Anteriormente toda la electrónica asociada debía alojarse en un único tablero eléctrico. Actualmente, los nuevos sistemas permiten distribuir los módulos domóticos en prácticamente todos los ambientes. Con un solo módulo se controla una docena de variados dispositivos eléctricos, por ejemplo, luces, paneles RGB, ventiladores de techo, persianas y cortinas. La instalación de los módulos en forma distribuida ahorra costos en la instalación eléctrica (menos cableado y cañerías).
  2. Instalación escalable. Debido a la capacidad modular de los nuevos sistemas (ya no se utiliza el protocolo CAN -Controller Area Network-, de corto alcance), es posible domotizar una vivienda que se construirá en etapas. En cada etapa de la construcción, a la vez que se van agregando ambientes o dependencias, se irán agregando módulos domóticos.
  3. Capacidad ilimitada. La domótica de tercera generación fue concebida para cubrir todas las prestaciones requeridas en inmótica (automatización inteligente de espacios públicos) y en agromótica (automatización inteligente de proyectos agropecuarios). Por esta razón, todo sistema de tercera generación tiene la capacidad de cubrir superficies mayores a 6.000 m2 y controlar más de 1.000 dispositivos eléctricos de cualquier tipo. En la actualidad, con una única instalación se puede domotizar un edificio entero, donde cada propietario controla su departamento y todos los propietarios controlan las dependencias comunes.
  4. Plataforma abierta de hardware. Los nuevos sistemas domóticos trabajan con cualquier marca y modelo de celulares, tablets y computadoras con acceso a internet o a la wi-fi hogareña, los cuales se registran en el sistema como controles remotos. Así, quedan de lado los costosos controles remotos y el dueño de casa elige qué dispositivos utilizará para comunicarse con su hogar.
  5. Integración. Actualmente la domótica integra en un solo sistema el control de aberturas, luces, jardín (riego y piscina), calefacción y las imágenes de las cámaras de CCTV (circuito cerrado de televisión). Adicionalmente reemplaza el sistema de alarma y agrega funciones de detección de incendios y gases, sin costo adicional.
  6. Menores costos. Como ocurre con el avance de la electrónica en los diferentes ámbitos, la nueva generación de equipamiento domótico presenta un importante abaratamiento en los costos de provisión, debido al cambio en el diseño conceptual del sistema y a que no es necesario comprar costosos controles remotos o pantallas táctiles.

Adicionalmente, dado que su configuración se simplifica en forma considerable, el costo de instalación tambien se reduce significativamente. A modo de ejemplo, actualmente el costo de domotizar una vivienda ronda los $ 200/m2 para casas de más de 150 m2.

Los estados de una casa: la perla de la Domótica 3G

La domótica tradicional permitía interactuar con la casa de una forma única. En las tareas programadas, se definía un día y una hora determinados para ejecutar una acción, independientemente que los habitantes estuvieran o no en la casa, o que éstos hubieran recibido visitas. Ejemplos típicos de ésto es cuando en pleno cumpleaños comienzan a cerrarse las persianas o en la sobremesa de nochebuena, con toda la familia disfrutando del aire fresco en el patio, comienza a funcionar el riego por aspersión. Otra gran limitación de la domótica tradicional era la incapacidad de utilizar un mismo sensor para distintas funciones. Una barrera infrarroja instalada en el patio podía utilizarse sólo para disparar la alarma, para encender luces, o para interrumpir el riego. Lo mismo ocurre con un sensor de movimiento de un pasillo: éste puede utilizarse sólo para encender algunas luces o para detección de intrusos; nunca para más de una función.

En la domótica de tercera generación, el usuario puede indicarle a su casa que ésta se encuentra en alguno de los cuatro estados: Normal, Alarma, Descanso y Reunión con un simple botón en su celular. A partir de ésto, la casa “sabe” si debe cerrar las persianas o no, ya que lo hará, por ejemplo, sólo en los estados Normal, Alarma y Descanso. De la misma forma, las barreras infrarrojas del patio, en el modo Normal, encenderán las luces exteriores por un lapso corto de tiempo, en el modo Reunión dejarán estas luces encendidas, en el modo Alarma cerrarán todas las persianas de la casa y encenderán el riego por unos minutos, y en el modo Descanso harán sonar un pequeño “buzzer” para avisar que puede haber intrusos en el patio.

Adicionalmente, en un enfoque netamente energético, es posible indicar a la casa a qué temperatura queremos que se mantenga en cada uno de los modos. De esta forma, podemos programar que en los modos Normal y Reunión la temperatura se mantenga en los 24ºC, en el modo Descanso la temperatura bajará automáticamente a los 22ºC y en el modo Alarma (cuando la casa está deshabitada) podemos programar para que la temperatura se mantenga en los 16ºC (ni tan fría, para cuando volvemos a casa; ni tan caliente para ahorrar energía).

Todo ésto y mucho más lo podemos hacer indicando solamente el “cambio de estado” de la casa.

Domotizar o no domotizar: esa ya no es la cuestión

Hasta hace muy poco tiempo, con los productos existentes en el mercado, domotizar una casa, a pesar del alto costo, no agregaba mucho valor al inmueble ni cambiaba la vida de sus ocupantes. Con los nuevos sistemas se plantea un cambio radical en la vida de sus habitantes. Desde el punto de vista del confort, las principales tareas rutinarias -tales como abrir o cerrar persianas, encender o apagar luces- son realizadas automáticamente, sin contar las innumerables funciones que se automatizan en el jardín, la piscina y otros lugares de la casa. Desde el punto de vista energético, el control de la calefacción deja de ser una ocupación ya que, dependiendo en qué estado se encuentra la casa, la temperatura se ajusta automáticamente. La personalización del hogar se potencia, ya que los efectos lumínicos pueden interactuar para combinar diseño y confort, logrando distintos escenarios al variar la intensidad y tonalidad de las luces.

Así, la domótica cambia el paradigma de la dinámica del hogar. En una vivienda tradicional, el usuario tiene que seguir ocupándose de las tareas rutinarias. En una vivienda domotizada, el usuario sólo deberá indicar “qué quiere que la casa haga por él”.

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