El sitio de la construcción del sur argentino

Febrero 2014 - Año XXIII
Hechos y Personajes

El valor de la experiencia

A días de finalizar su trayectoria laboral con Federación Patronal, el Gerente General Eduardo Bazán, quien siempre tuvo una estrecha relación con nuestra revista y en varias oportunidades escribió para ella, nos brindó una entrevista muy enriquecedora en varios aspectos: no sólo pudimos conocer su recorrido y trabajo en la empresa, sino que descubrimos los valores que puso en práctica y las vivencias que recuerda con emoción.

Los inicios de su carrera

El origen se remonta a la década de 1980, políticamente en la época de Alfonsín, quien pensaba trasladar la capital a Viedma. Entonces se consideró que Bahía Blanca iba a tener una relevancia y crecimiento muy importante en la región.

Por este motivo, la empresa aseguradora Federación Patronal se instala en la ciudad entre los años 83/84. En marzo del ‘86, Eduardo Bazán asume la representación de la misma: “Yo ingreso en el año ‘86, como representante. En ese momento no había agencia, sino que se representaba. Ingreso como empleado y, por diversas circunstancias, al tiempo quedo al frente. Transcurren 5 años desde el inicio, no podíamos lograr el crecimiento, la marca no estaba instalada, había mucha disputa de precios y la empresa nunca competía por los costos. Fue una época muy difícil. En el año ‘91, buscando una solución, tramito la matrícula como productor de seguros y le propongo al titular de la representación renunciar y salir al mercado para formar una fuerza de venta, ser “punta de lanza”, salir a la calle. Cuando vamos a comunicar la decisión a la empresa, el entonces Gerente General, hoy presidente de Federación Patronal, nos propone algo distinto. Nos expresa su deseo de que asumiéramos un compromiso. La idea fue crear una agencia de la compañía y que yo fuera el encargado. Todo ésto en el año ´91. Entonces asumo esta iniciativa, y ahí comienza otra etapa, la de crecer y juntar una fuerza de venta. Fue una tarea muy artesanal, porque había que trabajar uno por uno. El 98% de ventas de esta empresa es a través de asesores de seguro y el resto son seguros directos, de gente que viene y contrata los servicios. Pero en esa época, al no tener precios competitivos y no ser una marca reconocida, era muy difícil. La idea era que nos conocieran, entonces comenzamos con asesores que no tenían grandes carteras, incluso algunos eran recientemente iniciados o novatos, a los que acompañamos en su carrera de capacitación y apoyamos en la obtención de su matrícula. Hoy tengo el orgullo de decir que la mayoría de las organizaciones que operan con nosotros arrancaron de cero y con nuestro apoyo”.

El trabajo de ayer y de hoy

“Hay muchas diferencias en la forma y estilo de trabajo, ya que se fueron dando paralelamente cambios en la política, en los sistemas económicos, en la tecnología y en las comunicaciones. La década de 1980 estaba marcada por el uso del télex, de los archivos de microfilm, una tecnología muy distinta a la actual, y era muy incipiente el uso de la computación. Las pólizas se hacían a mano, se mandaban las propuestas y venían a los 15 días, todo por correo convencional. El mail no existía y la tecnología de punta era el télex. En la época de la hiperinflación, elaborar presupuestos era imposible, por el aumento diario y la remarcación de precios. Estaba todo muy desvirtuado. Lo importante no era en la compañía cuánto te pagaban sino cuándo. Entonces se tuvo que recurrir a crear una “cuasi moneda” (las cuales fueron tres). Asegurabas las pólizas en esa unidad de medida, teniendo una cotización determinada. El día que contrataban un seguro de hogar en $100.000 eran 100.000 unidades cuenta de seguro (UCS), que valían $ 1 ese día, y al otro, posiblemente, valía $ 1,035 y así sucesivamente. En el momento de pagar el seguro, se le decía al asegurado: tenés que pagar 50 UCS, al valor que estuviese, y si había que indemnizar un siniestro, se traducía la cantidad de UCS por el valor que tenían a la fecha. Eso permitía que uno se adecuara a la realidad, tanto en la percepción de las primas, como la indemnización”.

“UCS (unidad cuenta de seguro), UF (unidad financiera) y UPR (unidad de pago referencial) fueron las distintas cuasi monedas que se utilizaron en la época. Las UCS fueron las últimas. Se cotizaba todo manualmente. Hoy hay un sistema especial que cotiza de acuerdo a los coeficientes necesarios”.

“Otra diferencia era en lo propiamente agencial: Federación Patronal siempre fue una empresa austera, no distribuyó utilidades jamás, todo lo capitalizó, por éso tiene el mayor patrimonio, la mayor solvencia del país. El latiguillo de la empresa es: un respaldo más que seguro o la aseguradora número uno del país. Fue una empresa muy medida en publicidad, que buscaba hacerse conocida a través de sus respuestas, pero primero había que ‘buscar’ a quien darle respuesta. Hasta principios de los ‘90, la característica de la empresa era una casa matriz en La Plata y su ámbito fundamental y exclusivo era la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Bahía Blanca tomó lugar cuando se pensó lo de trasladar la capital a Viedma”.

“En los primeros años de los ‘90 se produce la convertibilidad, el dólar uno a uno. Por varios años pasamos de una hiperinflación a una estabilidad -llámese “normal o artificial” era estabilidad económica al fin-. No se licuaban las deudas. En esa época cayeron varios operadores del mercado. Simultáneamente la Superintendencia de Seguros comienza con una política de publicación de patrimonio de las compañías de seguros, cosa que antes no se hacía. Una compañía se reconocía por su nombre o por su publicidad, pero qué había detrás no se sabía. El productor comenzó a informarse y muchos, que habían trabajado con operadores que cayeron y no pagaron, empezaron a ver las condiciones en las que estaban las empresas y a asegurarse que éstas estuvieran en condiciones de pagarles a sus clientes. Federación Patronal empezó a hacerse conocida por su transparencia. También la Superintendencia pidió una capacitación continua de los productores en donde debían cursan obligatoriamente tres módulos. El productor aprendió a mirar la empresa de seguro, y buscó trabajar en una aseguradora que pague, que respalde, en lugar de aquellas que solo poseían su reconocimiento en el mercado. Eso nos permitió crecer y consolidarnos.”

¿Qué palabras utilizaría para resumir su trayectoria?

“Lo que siempre he tratado de transmitir a los más jóvenes, es: esfuerzo y responsabilidad por lo que se hace. Muchas veces he hablado con ejemplos en donde digo que no importa lo que hagan, pero hagan lo máximo y lo mejor, independientemente de donde estén. Si consideran que la remuneración es la que se merecen, porque siempre queda el orgullo de decir ‘yo hice lo mejor’. En la vida hay mucho de casualidad, de estar en el momento justo e indicado y mucho de causalidad. Dicen: ´a la oportunidad la pintan calva´, es un antiguo refrán, que significa que cuando pasa la ocasión al lado tuyo y no la agarraste, ya se fue. Hay que estar preparado para ese momento. Ser como un jugador de fútbol que está en el banco, hay que estar preparado, porque justo el día que se lesionó el 5 y te toca entrar a la cancha hay que estar capacitado. Ésa es mi experiencia, yo arranque en una metalúrgica, llevando la contabilidad, y siempre me brindé al máximo: trabajaba y a la par estudiaba para contador en la universidad. Un día, en la metalúrgica tuvieron que prescindir del gerente, y ahí dijeron ‘ésta persona conoce todo’. Si bien yo me había preparado, jamás me había imaginado que me iban a ofrecer la gerencia de una metalúrgica a los 28 años. Acepté el cargo y tuve que tomar una determinación personal. Postergué inicialmente la carrera y luego la dejé en un poco más de la mitad. Luego busqué un crecimiento personal y me fui de la metalúrgica. Si bien al principio no me fue bien, un día pasó una persona que me dice que hacía tiempo que me estaba buscando. Era un cliente de la metalúrgica y me ofrece que vaya a su fábrica, como gerente, ésto en el año ´82. Tomo la decisión de ir y cumplo un aceptable desempeño. Económicamente no me rendía, pero hacía lo mejor. Comencé a formar parte de la Comisión de la Cámara Metalúrgica de Bahía Blanca y estando allí, por una vocación asociativa, me relaciono con muchas personas del área. En ese momento una metalúrgica requería de mis servicios. Esta empresa era asegurada de Federación Patronal, los titulares de esa empresa se asocian con los representantes de la aseguradora y como empleado de la metalúrgica, me piden darles una mano con la compañía con la que ellos se habían asociado. En marzo del ´86 me hice cargo de la gerencia de la representación de Federación. Por esto afirmo que no sólo es casualidad sino causalidad que hoy haya llegado hasta aquí. Por eso resumo mi carrera en palabras como esfuerzo, responsabilidad y dedicación. A uno le queda la satisfacción de haber dado todo”.

De cara al futuro

“Esta actividad tiene una característica muy particular con respecto a otras, en la cual uno tiene la suerte de adquirir una capacitación, una formación y la experiencia necesaria para profesionalizarse, cursar y adquirir la matrícula de productor asesor de seguros.”

“Entonces, terminada una etapa de la vida laboral y dependencia, permite continuar de forma independiente. Se me han generado relaciones, asegurados con vínculos personales, de amistad. Ahora continuaré, seguramente, la etapa de productor asesor de seguros en forma autónoma y trabajando exclusivamente con esta empresa. Mis 28 años de experiencia me identifican con una compañía, no podría trabajar con otras. Hay una cuestión de reciprocidad con ellos. Una lealtad y compromiso entre mi trabajo y Federación Patronal”.

Finalizando la entrevista, Eduardo Bazán nos brinda una amplia gama de anécdotas y experiencias laborales y personales, de mucho aprendizaje. Hoy, mirando hacia atrás el camino recorrido, puede asegurar que su trayectoria laboral no pasará inadvertida.

Según su propia definición, “llegué a la cima de la montaña, trepando con esfuerzo, perseverancia y dedicación, sin bajar nunca los brazos a pesar de los obstáculos que aparecían”. Su huella y su ejemplo quedarán en todos aquellos que han transitado esta ruta junto a él.

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