El sitio de la construcción del sur argentino

Abril 2013 - Año XXIII
Panorama Inmobiliario

¿Cuánto vale mi propiedad?

por Rubén H. Miró Corredor Público
E

l título de este artículo es la pregunta más repetida desde octubre del 2011 a cualquier profesional martillero o corredor público. La no posible compra de billetes dólares –mérito de la medida conocida como “cepo cambiario”– a un posible comprador-vendedor de inmuebles ha producido un desconcierto en el valor de la unidad, perdiendo toda seguridad de si ha sido “favorable negocio” la operación realizada o a realizarse.

El poco ajuste del dólar oficial y la trepada del conocido como “blue” hace dudar al clásico inversor comprador “en pozo” que desde el año 2004 mantenía una “ganancia” en moneda dura del 20% promedio en 15 meses.

Si bien el fin político era la “pesificación” del mercado inmobiliario, en la práctica se ve que los tenedores de dólares billetes ofrecen al dueño un valor que dista ampliamente de su satisfacción.

En lo técnico, cualquier bien con amplia demanda y buena oferta –se compra y vende en gran cantidad– se dice que tiene “liquidez”.

Lamentablemente, las última noticias que dicen que han caído un 85 % las escrituraciones de inmuebles en el país, generadas por la inmiscución del estado que modificó el comportamiento de demandantes y oferentes que son, al fin y al cabo, los que determinan el valor final al cual se llevará a cabo una transacción.

Mercado “ilíquido” es el cual las operaciones son escasas; su origen técnico es que la brecha entre lo que opina que vale la cosa –vendedor o adquirente- es demasiado amplia.

La pérdida de dinero de los operadores conllevan a una “iliquidez” no deseada en el mercado, manifestando su origen al no tener valores válidos de referencia en los cuáles apoyarse para establecer el precio al cuál comprar o vender.

En la última década los “ladrillos” y la “tierra” daban la certeza de que en caso de necesitar el capital invertido, podrían en poco tiempo vender a un precio igual o superior al pagado oportunamente.

Cuando un mercado es ilíquido, la parte vendedora fija valores que son una falacia, no ajustándose a la realidad de ese momento -punto de vista de los compradores-.

Estos encuentran cada vez menos estímulos para deshacerse de sus dólares; terminan ofertando sumas algunas veces 30% más bajos que los pedidos por los vendedores, haciendo que sean muy pocas las operaciones que se terminan concretando y teniendo como consecuencia una crisis impensada del mercado inmobiliario, quizás la peor de los últimos 15 años.

Todos estamos esperando que las propiedades encuentren un valor de equilibrio en “moneda dura” que se acerque un poco más a la actualidad económica de nuestro país.

Y algo de eso está ocurriendo actualmente en el mercado inmobiliario argentino: los dueños de las propiedades no quieren convalidar la caída en el precio de las propiedades sobre la que venimos hablando hace tiempo y por ello publican sus órdenes de venta a prácticamente al mismo precio en dólares que ostentaba el inmueble antes del cepo cambiario, lo cual significaría un 50% de aumento en pesos comparado con aquel entonces.

Como los compradores no ven razones (o no tienen el dinero) para pagar tamaña suba (en pesos) y, además, no se vislumbra un panorama claro para los próximos meses, sumado a la incertidumbre que genera un año de electoral, concluimos que el 2013 será un año difícil para el sector.

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