El sitio de la construcción del sur argentino
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Calle Portugal Art Déco
Cien metros cargados de diseño
por Ing. Mario Minervino
Si transitamos por la calle Portugal, entre Dorrego y Corrientes, nos encontramos con una cuadra distinta si se quiere. Se trata de una cortada en la zona del Teatro Municipal de Bahía Blanca, surgida a partir de la urbanización realizada en las primeras décadas del siglo pasado en la Quinta Erize, adquirida por la municipalidad con la idea de ubicar en ella el mencionado teatro y el resto lotearlo para generar un barrio parque que, por sus características, fuese capaz, además, de impulsar el desarrollo de un sector por entonces postergado a pesar de estar a menos de cinco cuadras del centro.
Otro barrio, otra escala
Asumiendo aquella remanida frase de que “todo tiene que ver con todo”, sirve este recorrido por una cortada bahiense para, también, repasar el particular legado que el art déco dejó en otro ámbito del mundo como es Manhattan, donde en la década del ‘30 el estilo fue adoptado para construir sus principales rascacielos, algunos de los cuales, como el Empire State y el Chrysler, son considerados verdaderos emblemas de esa ciudad en todo el planeta. No es simple imaginar cómo desarrollar este estilo geométrico, escalonado y plagado de decoración para estos iconos de la modernidad, pero los autores se las ingeniaron para generar verdaderas obras de arte, donde se destacan sus remates, fabulosas quintas fachadas, los elementos decorativos, el diseño que alcanza carpintería, ascensores, accesos y todos los detalles de la obra. Los siguientes rascacielos dan cuenta de esa propuesta:
1) Empire State Building. Quinta Avenida 350, 102 pisos, 1930-1931.2) Chrysler Building. Avenida Lexington 405, 77 pisos, 1928-1930.
3) Rockefeller Center, Plaza Rockefeller, 1931-1933.
4) General Electric building, Avenida Lexington 570, 1929-1931.
Lo curioso fue que las primeras construcciones que comenzaron a aparecer en la cuadra, entre 1930 y 1940, fueron desarrolladas recurriendo al estilo art déco, un diseño que, ignorado por la mayoría de los libros que refieren la historia de la arquitectura, supo ganarse un lugar en nuestra ciudad, teniendo en las viviendas barriales a uno de sus principales destinatarios.
El art déco fue contemporáneo de los primeros pasos de la arquitectura moderna, lo cual le significó ser una propuesta menospreciada e ignorada por los grandes maestros, aunque igual logró un desarrollo extraordinario, sobre todo a partir de ser adoptado por ciudades norteamericanas como New York, para sus rascacielos (el Chrysler Building, el Empire State y el Rockefeller Center se resolvieron con este estilo); Miami, para sus hoteles, casinos, cabarets y cines, y Hollywood, en su estética y vestuarios. Desde estos sitios el art déco fue sinónimo de glamour, asociado a las estrellas del cine, aportando un toque distintivo a las fachadas con muy poca inversión si se considera que por sus formas geométricas permitía una mano de obra no especializada.
De la enorme cantidad de modelos art déco que existen en Bahía Blanca, estos cien metros de calle Portugal son un rico muestrario de las muchas alternativas, variedades de diseño y riqueza creativa que el mismo permite. Junto con ellas aparecen, además, las denominadas “casas barco”, con sus balcones curvos, su carpintería y barandas metálicas, muy emparentado estas resoluciones con los diseños de la Bauhaus, la escuela alemana que modificó la historia del diseño.
Por esto y otras circunstancias, recorrer esta calle es encontrar un paisaje urbano distintivo, que exige detenerse, prestar atención al detalle, admirar ornamentos y escalonamientos, advertir arte. Es la ciudad que sorprende de otra manera, sacando provecho de la calidad de la arquitectura de ser un arte público, libre de los museos, factible de ser admirada por todos a toda hora, entre soles y lunas.