El sitio de la construcción del sur argentino
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Noticias y Novedades
- Dos artistas por unas brujas
- Propuestas horizontales con altura
- Steven Holl, en la Universidad Nacional de Colombia
- Samaranch Memorial Museum, de HAO en Tianjin (China)
- Airbus y el “Concept Cabin”, el avión del futuro
- Los teatros, monumentos nacionales
- Le Corbusier al podio
- Un laberinto de Borges, en Venecia
- Premio para una bodega de Rogers
- Una obra de Gehry, detenida por su gran altura
Personajes y bancos: una buena forma de seguir presentes
Esculturas urbanas. Así pueden denominarse a estas particulares obras que desde hace muchos años se pueden advertir en distintas ciudades del mundo, en sus veredas y paseos, dando cuenta así de la presencia de algún personaje trascendente a través de su recreación.
El elemento adicional es que se trata de obras pensadas desde la particularidad de mostrar estas figuras abandonando la elevada posición en un pedestal o la deformada imagen de un busto sin cuerpo, para convertirse en habitantes del mundo cotidiano, siendo parte de una escenografía que apenas llama la atención. A pesar del bronce o la fibra de vidrio, simulan ser simples mortales, amantes del día a día, testigos sensibles de una realidad a la cual, desde sus distintos talentos, supieron reflejar de la mejor manera.
Estas esculturas suelen ubicarse en las urbes, autopistas o calles transitadas, pero también en una pequeña plaza o vereda. Se captan así de manera inmediata, sorpresiva, y los transeuntes tienen la oportunidad de disfrutar de un hecho artístico al alcance de sus ojos y de sus manos.
El disparador de esta nota fue la obra inaugurada el último 24 de junio en Bahía Blanca, en homenaje al cantor Carlos Gardel, un mito de esta tierra. El “Zorzal Criollo” aparece sentado en un banco de madera, mirando hacia la calle más tradicional del centro, a pocos metros del hotel donde se alojara en ocasión de actuar en esta ciudad, en 1930. A pesar del frío invierno, la obra despertó adhesión inmediata. Los paseantes se sientan a su lado, se fotografían, atraídos por la figura. Desde su colocación, la vereda ya no es la misma. Sonriente, de traje, con una flor en el ojal, en ella está sentado el “Morocho del Abasto”.
Esta nota muestra, también, otros ejemplos similares del mundo.
El Morocho por la bahía
Por considerarla “Capital Provincial del Tango”, el empresario y productor de espectáculos José Valle eligió a Bahía Blanca para inaugurar la estatua de Carlos Gardel (1890-1935) sentado en un banco, vestido de impecable traje, con sombrero y corbata. La obra se ubica a pocos metros del hotel Muñiz, donde el cantor se alojara en 1930, en ocasión de una de sus cuatro actuaciones en esta ciudad. La escultura pertenece al artista Guido Di Lorenzi y está realizada en resina y fibra de vidrio. Fue inaugurada el 24 de junio de 2011, en coincidencia con los 76 años de la trágica muerte del “Morocho del Abasto”.
El mundo en sus manos
En charla distendida, respetuosa e informal, en la Bond Street de Londres puede verse al presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt y al primer ministro inglés Winston Churchill, máximos referentes de los países aliados en la Segunda Guerra Mundial. La obra fue inaugurada en 1995 por la princesa Margarita, al cumplirse 50 años de la terminación de esa contienda, y pertenece al escultor Lawrence Holofcener, quien realizó la escultura en escala 1:1.
Besos para Picasso
El mítico pintor cubista Pablo Picasso (1881-1973) ocupa su banco en la plaza de la Merced, en Málaga, España, desde 2008. El autor de la obra, Francisco López Hernández, explicó que los creadores humanistas buscan reflejar con el mayor realismo posible a las personas. Si el trabajo trasciende la mera reproducción mediante una cuidada depuración y una emoción añadida, puede pervivir en el tiempo. La figura de Picasso aparece en un banco de la plaza, lápiz en mano y con un cuaderno. El bronce de su rostro aparece bastante desfigurado como consecuencia del desgaste que sufre por los miles de besos que recibe cada día.
Barrilete cósmico
Uno de los hombres más homenajeados en Norteamérica es Benjamín Franklin (1706-1790), considerado como “el padre de la electricidad”. Científico, inventor y político, una de las estatuas en su memoria lo muestra, desde 1987, en un banco en la Universidad de Pensilvania -creada por él en 1749-, ciudad de la que fuera gobernador. Se lo ve leyendo, distendido y holgazán, el Pensilvania Gazette.
BB en Buzios
En la costanera brasileña de Buzios, llamada Orla Bardot, se ubica la estatua de la actriz francesa Brigitte Bardot (77), indicada por muchos como la principal responsable de haber convertido a esa modesta ciudad de pescadores del estado de Río de Janeiro en una de las ciudades mimadas por el turismo internacional. La Bardot visitó el lugar en 1969, acompañada por su novio Bob Zagury. Este mito erótico de los ‘60 dejó su huella para siempre en el lugar, más allá del bronce y su musculosa inolvidable.
Si no me tienen fé
En 2007, en el rebautizado barrio Alberto Olmedo (antes Pichincha) de Rosario, se inauguró la estatua del capocómico rosarino, fallecido trágicamente en Mar del Plata en 1988, a sus 55 años de edad. Realizada en bronce, muestra al actor dispuesto a la charla, al comentario gracioso, a compartir su presencia con todos los paseantes.
Al ritmo del Jazz
En la ciudad de Dinant, en Bélgica, se encuentra la estatua de uno de sus hijos destacados: Adolphe Sax (1814-1894). Músico y fabricante de instrumentos, Sax alcanzó renombre mundial al inventar el saxofón, el cual alcanzó trascendencia con el auge del Jazz, género que lo adoptó como el más emblemático de sus instrumentos.
Puedes decir que soy un soñador
Desde el año 2000, en coincidencia con los 20 años de su asesinato, en el barrio El Vedado, en La Habana, Cuba, se encuentra un banco donde aparece sentado el beatle John Lennon (1940-1980), en una plaza que ha tomado su nombre. Obra del escultor cubano José Villa, a la imagen de bronce le han robado tantas veces sus gafas que desde hace unos años un vigilante se mantiene sentado junto a ella, cuidando que no la dañen.
El ladrón de bancos
No sólo escritores, músicos y políticos tienen sus estatuas. También las hay para bandidos. Es el caso del mítico Sundance Kid (1867-1908). De profesión pistolero, ladrón de trenes y bancos, su monumento se ubica en Wyoming, Estados Unidos, y fue inaugurado en 2000. De acuerdo a la leyenda popular, Sundance estuvo a principios del siglo pasado por la Patagonia Argentina, realizando algunos robos en bancos. Fue asesinado en 1908, luego de robar los salarios de una mina en Bolivia.
Aguardiente para Pessoa
Sobre una maravillosa vereda de calzada portuguesa en Lisboa, Portugal, se ubica la figura de Fernando Pessoa (1888-1935), uno de los mayores poetas de ese país. La estatua se encuentra en la vereda del café A Brasileira, uno de los más tradicionales de la ciudad. Allí concurría el hombre a beber el aguardiente Aguia Real, con tanta pasión y exceso que la cirrosis le costó la vida, a sus 47 años de edad.
Gaudí en León
Esta figura del arquitecto Antonio Gaudí (1852-1926) se encuentra en León, frente a la casa Botines (1891-1894), originalmente almacén comercial y residencia particular, una de las tres obras diseñadas por Gaudí fuera de Barcelona. La estatua lo muestra leyendo un libro y, sobre el banco un caracol, inspirador de tantas de las formas del creador del modernismo catalán.
La supervivencia del más apto
Sentado sobre uno de los laterales de un banco, aparece en bronce el inglés Charles Darwin (1809-1882), recreado por Anthoy Smith. Muestra al joven creador de la Teoría de la Evolución, en uno de los jardines del Christ’s College en Cambridge, escuela donde desarrollara sus estudios.
La figura fue inaugurada en 2009, al cumplirse 200 años de su nacimiento.
Eleanor Rigby
En 2007 se inauguró, en la ciudad inglesa de Liverpool, la estatua a Eleanor Rigby, protagonista de una de las más celebradas canciones de Los Beatles. Si bien el autor de la letra, Paul Mc Cartney, aseguró que el nombre de la mujer es ficticio, hace algunos años se encontró una tumba con ese nombre en el cementerio de Liverpool, y muchos aseguran que Rigby fue una enfermera del hospital de esa localidad, fallecida en 1911.
Hombres sentados
Otra variante dentro del mismo esquema: un hombre sentado en una silla, subido el conjunto a un pedestal. El modelo se repite en diversas ciudades del mundo. En nuestra región se destaca la estatua al empresario Ernesto Tornquist (1842-1909) inaugurada en 1911 en el centro de la plaza homónima. A pocos metros se ubica la iglesia neogótica que mandara construir Tornquist y que, por indicación del paisajista Carlos Thays, ubicara en el centro del paseo. Obras similares a esta propuesta son las estatuas a Charles Darwin, en Shrewsbury, Inglaterra, y a Giussepe Verdi (1813-1901) en la plaza Verdi, de Busseto, Italia.
Sobre robos y otros roces
Las estatuas urbanas son punto de atención de todo vándalo o bandido suelto, que encuentra en ellas una manera de canalizar sus cuestiones mediante roturas, grafittis o golpes. En particular, aquellas que poseen algún elemento que puede quitarse se convierten en las más apetecibles. Dos ejemplos concretos: la estatua de Lennon en Cuba tenía originalmente sus lentes sueltos, por lo cual bastaron pocos días para que se los robaran. Repuestos (y soldados), alguien se encargó de romperle los vidrios. El resultado es que ahora un cuidador se sienta todo el día al lado del banco. En Bahía Blanca, bastó una semana para que Gardel dejara de lucir su impecable sombrero y apareciera una fría mañana de julio con su cabeza descubierta, “con la frente marchita”, según apuntó un ocasional paseante. La policía detuvo rápidamente a cuatro jóvenes autores del hecho, aunque nada trascendió sobre la suerte del sombrero.
Por Ing. Mario Minervino