Su principal función es la de almacenar y guardar la ropa de una manera ordenada, cómoda y práctica. Actualmente son considerados en la mayoría de los proyectos de construcción y refacción de viviendas, teniendo en cuenta que existen distintas soluciones para poder desarrollar este área, aún en superficies reducidas.
El sitio ideal para situar el vestidor es un ala del dormitorio (como una sala independiente) o bien entre el baño y la habitación. Lo ideal es que le entre luz natural, tanto para iluminar como para ventilar. Si ninguna de estas opciones es posible, podemos instalarlo en la entrada del dormitorio, en pasillos e incluso hay quienes lo colocan dentro del baño.
Si disponemos de espacio suficiente, la forma ideal de vestidor será en “U” (o en “L” si uno de los muros da a una ventana). Los que van en pasillos o zonas de transición al baño suelen ir enfrentados. En caso de que el espacio sea menor, con una sola fila se podrá tener un placard.
Los módulos en los vestidores son esenciales, ya que son los que dan orden y armonía al habitáculo. Se aconseja que vayan del suelo hasta el techo, para poder dividirlo en tres zonas principales: la zona baja (para zapatos, pantalones, cajones, etc.); la zona media -que llegaría hasta los 2 m de altura- (para ropa de uso diario) y la zona alta, que sería el valijero (para almacenamiento de ropa de otras temporadas, ropa de cama y toallas).
Los vestidores se diferencian de los placares por no poseer puertas. De esta forma, el techo valijero se extiende hasta los 60 cm de profundidad. Se aconseja utilizar tonos claros, con la idea de visualizar mejor los colores de la ropa.
En cuanto a los materiales, existen en la actualidad una amplia gama de alternativas.
Un vestidor ideal requiere de entre 7 y 10 metros cuadrados de superficie. Estos lugares suelen dejarse abiertos para mantener la ropa a la vista en todo momento. Pueden tener, adicionalmente, grandes espejos y estantes específicos para almacenar elementos diversos.
Se recomienda calcular su profundidad con un mínimo de 45 cm, de forma tal que permita albergar en su interior estantes, cajones, percheros y zapateros. Para los zapatos, las opciones son variadas, ya que puede elegirse entre canastos, bandejas corredizas o estantes inclinados y regulables.
Al momento de diseñarlo, la idea es aprovechar el espacio que se tenga, por pequeño que sea, y hacerlo funcional. Hay que tener en cuenta que un buen vestidor debe generar una buena distribución de la ropa, ser práctico y tener valor decorativo. Si el espacio es importante, las opciones de diseño serán mayores, permitiendo “jugar” con diferentes alternativas. La clave consiste en aprovechar toda la altura del cuarto con elementos abatibles, que permitirán el ahorro de espacio como los pantaloneros, los zapateros, o incluso pequeñas tablas de planchar, todas opciones que pueden ir escondidos en el interior. También se pueden agregar bancos para sentarse al vestirse o calzarse los zapatos.
La elección de los colores, también va a depender de las predilecciones del diseñador, pero hay que tener en cuenta que los colores suaves siempre tienden a “agrandar” el espacio.
¿Qué materiales usar?
Elegir el material o materiales de los que se va a componer el vestidor no es tarea sencilla: hay que pensar y seleccionar bajo un criterio bien respaldado para que nuestra elección sea la más óptima a lo largo del tiempo. El elemento más apreciado es la melamina combinada con aluminio. Si se recurre a la madera lustrada, debe tenerse en cuenta que el secado final del lustre tarda de 4 a 6 meses y, por tanto, la ropa se impregnaría de su olor si se lo utiliza rapidamente.
En cuanto al fondo, se recomienda usar directamente la pared pintada, lo cual evitaría la generación de hongos.
El orden de las prendas de vestir es fundamental para crear un espacio confortable del que no nos den ganas de salir nunca. La mejor manera de mantener el orden en un vestidor y lograr convertirlo en un elemento más de la decoración de nuestro hogar es colocar la ropa por gama de colores y tamaños, sin recargar demasiado los percheros y cajones para evitar que las prendas se arruguen, y colocar en los estantes más cercanos la ropa de uso diario.
Zapatero y espejo, elementos esenciales
Un zapatero no puede faltar. Suele colocarse en la parte inferior, intentando que esté separado de la ropa, aunque también es común verlos en estantes verticales. Éste puede adoptar diferentes formas, ya que los diseños que podemos encontrar son muy variados. Algunos constan de baldas, con una bandeja extraíble, opción que ofrece gran capacidad en poco espacio. Otra alternativa consiste en una especie de cajón, con mayor profundidad de lo habitual, con un sistema de apertura abatible. La mejor opción es colocarlo en una zona retirada de la ropa para evitar malos olores y utilizar sus cajas originales para resguardarlo del polvo.
Otro elemento que no debe faltar en los vestidores son los espejos. Uno de dimensiones generosas permitirá que nos podamos mirar, al probarnos las prendas. Los ideales son aquellos de cuerpo entero, con iluminación integrada. Si no se dispone de mucho espacio, se lo puede colocar en la puerta de algún armario. Los espejos aportan mucha luz y dan una mayor sensación de amplitud en los espacios.
Los espejos son un accesorio muy útil en un hogar, ya que no sólo pueden usarse en el vestidor o en el dormitorio sino que también pueden colocarse en otras zonas más visibles de la casa, como la entrada, donde la gente suele mirar su reflejo antes de salir de la misma para asegurarse de que su apariencia es la adecuada. No significa que porque el espejo se encuentre del lado de adentro del vestidor y nadie lo vea tenga que ser “feo” o no tener formas, Es bueno que siempre tratemos de tener cosas agradables en cuanto a la decoración de nuestras respectivas casas, para sentirnos a gusto con lo que nos rodea y hacer más feliz nuestra vida.
Un lugar especial para cambiarse, acomodar nuestras prendas y disfrutar de un poco de orden y comodidad en nuestra habitación es indispensable para cualquier familia. Por este motivo, considerar un espacio para un vestidor es esencial a la hora de proyectar un hogar. No solo aporta utilidad, sino que ofrece al ambiente un diseño decorativo y distintivo. Sólo restará ponerlo en práctica.