Marzo 2022 - Año XXXI
Planificación urbana

WALKability. Ciudades caminables

Walkability es una expresión que refiere a cuán “amigables” son las ciudades en relación con el transporte peatonal. Se trata de cómo los espacios urbanos construidos se corresponden con el modo en que la gente vive, compra, visita, disfruta o pasa el tiempo en las áreas públicas, y cómo estos usos influyen en la decisión individual de hacer todas esas actividades caminando. Es un concepto sumamente importante para el diseño urbano sustentable y una tendencia que gana día a día más peso entre los planificadores urbanos.

Antes de la irrupción de los autos y los medios masivos de transporte, caminar era la opción principal para movilizarse; e incluso luego, siguió siendo la opción más barata y eficiente para las distancias cortas. En la actualidad, varias razones están llevando a los líderes locales de distintas ciudades a prestar atención a esta dimensión de la movilidad.

En principio, caminar implica mayor actividad física y por ende contribuye a una población más saludable, además de reducir los accidentes de tránsito. Ésto se traduce en beneficios económicos para la comunidad que sostiene el sistema de salud, además de la ventaja para la población que camina y ahorra el costo de transporte. Por otra parte, genera menos contaminación ambiental y sonora y es un sistema más inclusivo, ya que todos lo pueden usar. A su vez, se dan mejores índices de seguridad urbana, lo que logra espacios más tranquilos y por ende más atractivos para la ciudadanía y para el turismo.

Existen diferentes caminos para volver más caminable una comunidad. Algunas acciones en este sentido pueden ser construir senderos, sendas con prioridad para el peatón y atajos peatonales para acortar distancias, mover obstrucciones como postes, señaléticas o elementos que impidan el flujo peatonal, mantener veredas en buen estado y buena iluminación, implementar políticas que apacigüen el tránsito, sobre todo en las esquinas, mejorar los cruces peatonales, disponer nueva infraestructura para transeúntes y calles mixtas para todos los usos, monitorear y mejorar la seguridad, generar espacios adecuados para estacionar automóviles, promover el uso de la bicicleta como sistema de transporte, mejorar el arbolado y forestación de parques y plazas, y diseñar espacios públicos agradables, donde la gente se sienta a gusto para transitar.

La experiencia de caminar por un barrio puede ser mucho más enriquecedora si tiene ciertas características. Las circulaciones deben responder a los lineamientos de accesibilidad: anchos permitidos, pendientes suaves, pisos antideslizantes, acompañado de la vegetación y el equipamiento urbano. Algunas circulaciones tienen relación con los principales lugares de interés; otras, con las dimensiones de las veredas y de las calles, y también con los servicios que están disponibles. Cinco son los factores que tienen los barrios para ser caminables:

  1. Densidad. La relación entre la cantidad de personas y los lugares de interés que hay en un barrio pueden ser un reflejo de que tan caminable es ese suburbio. En parte esto se explica porque habrá circulación de peatones hacia estos lugares que pueden ser de comercio, colegios, parques, servicios, etc. Es más provechoso cuando hay más personas por kilómetro cuadrado.
  2. Mezcla de uso de suelos. Si en un barrio hay casas, escuelas y comercios, entre otras actividades, ofrecerá una mayor variedad de destinos a los que se puede llegar caminando. Para la planificación urbana las mejor forma de utilizar el suelo consiste en la posibilidad de usos no segregados. Por ejemplo si vamos a una reunión y queremos tomar un café antes, lo podremos hacer en un barrio que tiene un uso de suelo permitido para viviendas, comercio y oficinas, y que además es seguro, accesible, de espacios comprensibles.
  3. Tramas urbanas como rejillas. Las calles que están diseñadas ortogonalmente son más fáciles de recorrer porque ofrecen circulaciones más directas, además de brindar más opciones. A su vez, estos caminos se pueden cambiar cada día sin tener que aumentar las distancias recorridas.
  4. Edificios pensados para las personas. La ubicación de un edificio puede favorecer o afectar la transitabilidad de un barrio. En aquellas ciudades que son más caminables, los edificios se caracterizan por estar cerca de la vereda y tener numerosas ventanas que permiten conocer qué está pasando en el interior del mismo. Asimismo, permite participar de las actividades de la calle, dándole más seguridad a los peatones durante sus desplazamientos.
  5. Manzanas pequeñas y calles angostas. El ancho de las calles es un factor muy vinculado al tamaño y la distribución de los edificios. Por este motivo, un elemento que hace que un barrio sea más caminable es que las calles más angostas son más atractivas para recorrerlas, sumado a que los bloques o las manzanas sean pequeños para dar una perspectiva poco intimidante mientras se recorre. Así, el edificio se mezcla con las circulaciones, siendo partícipe de ellas. Las calles anchas incitan a que los automóviles circulen a mayores velocidades, haciendo que cruzarlas sea más riesgoso.
El urbanismo táctico es una fórmula de transformación urbana sencilla y poderosa, que siguen ciudades de todo el mundo y que permite cambiar cómo se usa el espacio público con elementos temporales y más económicos.

Existen cinco puntos que evidencian los beneficios de las ciudades peatonales y caminables:

  • Mayor porcentaje de áreas verdes. Un ejemplo es Hamburgo, donde el espacio que se liberó a partir de esta planificación urbana peatonal permitió mayor construcción de parques, centros deportivos y hasta huertos urbanos.
  • Menos contaminación atmosférica. El parque vehicular es el causante de que se disparen los índices de contaminación debido a la emisión de dióxido de carbono (CO2) por la combustión. Ante eso, las ciudades peatonales imponen una lógica muy básica: a más peatones menos coches, lo que es lo mismo a un enérgico descenso de los niveles de polución. Y también es igual a menos contaminación sonora, pues ésta proviene en su mayoría de los motores y las bocinas, afectándonos anímicamente e interrumpiendo nuestro sueño y tranquilidad.
  • Mejora la salud. La contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía; y crónicas, como el cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares. Además, una cultura peatonal nos incentiva a caminar, o el uso de la bicicleta, algo que no sólo previene enfermedades sino que mejora considerablemente la salud, ayudando con ello a disminuir la tasa de mortalidad, pues la inactividad es la cuarta causa de muerte en el mundo.
  • Generan mayor y mejor convivencia. La cultura del automóvil se impone, por eso hay que enfrentarla saliendo a la calle, caminando o andando en bicicleta, viendo a otras personas. Esta planificación peatonal apuesta por centros urbanos con más espacios de recreación y locales donde convivir, como bares y restaurantes, lo que ayuda a la economía de los pequeños negocios y hace de las ciudades sitios más seguros.
  • Incentiva el amor por tu ciudad. Caminándola o rodándola en bicicleta la conoces en todos sus detalles. Porque no se trata de demonizar las ciudades cuando sólo las vemos a través del automóvil, en momentos de ansiedad y estrés cuando nos trasladamos a toda velocidad o, peor aún, cuando estamos parados en un tráfico complicado.

Estudios recientes sobre el comportamiento y las preferencias de las nuevas generaciones indican que a la hora de definir en qué tipo de urbes eligen vivir, masivamente se inclinan por grandes ciudades que posean destacados centros de formación y buena calidad de espacios públicos y de transporte. En su gran mayoría, están dispuestos a no usar el automóvil si el sistema de transporte urbano es bueno y eficiente.

En Latinoamérica, las ciudades están empezando, muy lentamente, a invertir recursos en hacer de los espacios públicos lugares donde caminar, hacer ejercicio y en menor medida, transportarse. Se están promoviendo los centros comerciales con políticas de peatonalización y también, la construcción de senderos en parques recreativos.

Construir infraestructura para hacer más caminables a las ciudades está entre las inversiones más equitativas que un municipio puede hacer para la comunidad. Además, ciudades caminables atraen y retienen a los mejores profesionales, optimizan el potencial turístico y generan nuevas oportunidades de negocios.

Pensando en el futuro

Las ciudades que se están perfilando como Smart Cities están muy enfocadas en promover modos de transporte sustentables como la bicicleta, el modo peatonal y el transporte público de calidad. Es un sendero que conduce inexorablemente a la mejora de la calidad de vida, y que las nuevas generaciones están valorando cada vez más. Las ciudades construidas para los automóviles están dejando paso, lentamente, a ciudades construidas para la gente.

La especialista Lucía Bellochio, fundadora y directora ejecutiva de Trend Smart Cities, tuvo la oportunidad de visitar más de 300 ciudades y vivir en 5 países diferentes, lo que la llevó a interesarse por el estudio de tendencias en entornos urbanos e indagar sobre cómo la innovación y las tecnologías pueden ponerse al servicio de las personas para hacer de las ciudades entornos más inteligentes, pero también más humanos.

En 2020 fue elegida como una de las 50 mujeres líderes de Cono Sur por Voces Vitales, capítulo local de Vital Voices Global Partnership, organización creada en 1997 en Estados Unidos por iniciativa de Hillary Clinton dedicada a identificar y capacitar a mujeres líderes emergentes alrededor del mundo. Todo ello le ha dado una gran experiencia laboral y personal, con un enfoque globalizado sobre los principales debates y tendencias urbanas.

Tuvimos la oportunidad de hacerle una entrevista y conocer aún más acerca de su visión sobre este tema:

Hablando sobre ciudades caminables ¿Que considerás importante que suceda para que puedan generarse?

“Lo primero que debe ocurrir es romper con el paradigma o modelo de ciudades para los autos, tal como han sido diseñadas y planificadas las ciudades en el siglo pasado y, reemplazarlo por >ciudades para las personas, donde el espacio público se destine al disfrute de la ciudadanía. Debe ofrecer seguridad al peatón para que se sienta seguro al caminar por la ciudad y quiera hacerlo, iluminar las calles, mantener el espacio público y las veredas en buenas condiciones, buena señalización para todos los tipos de movilidad, educación vial. Y por último, concientizar sobre el rol que tenemos en la lucha contra el cambio climático. Si usamos un auto estamos contaminando, si caminamos no emitimos CO2.”

La pandemia ha empujado a los gobiernos a replantearse con mayor urgencia una nueva diagramación en la circulación ciudadana dentro de la urbe. Por ejemplo, en nuestra ciudad se utilizaron pasajes de lo que era la calle vehicular para convertirlas en sendas peatonales. ¿Qué opinas al respecto de estos cambios?

“Celebro este tipo de medidas. La pandemia aceleró la tendencia que ya marcaban algunas ciudades de poner en el centro a la persona, de hacer ciudad para la gente, y no para los autos. Sin dudas fue una tendencia global. Lugares donde se estacionaban autos se convirtieron en 'espacios públicos itinerantes', o se destinaron a estacionamiento de bicicletas, o se cedió ese espacio a comercios para que pongan mesas y sillas y puedan recibir a sus clientes, etc. Las ciudades comenzaron a darse cuenta de la gran cantidad de espacio público que es destinado a los autos y de otros usos que puede hacerse a partir de ahora, donde la calle comienza a tomar vida.”

¿Qué parámetros se deben contemplar para generar una Smart City?

  • Personas: Poner siempre a la persona en el centro de desarrollo de una ciudad.
  • Datos: registrar los datos que generamos en las ciudades para tomar mejores decisiones.
  • Cooperación: Alianzas público-privado que incluyan la voz de la ciudadanía.
  • Planificación: Sin estrategia, sin políticas públicas se torna difícil migrar a una gestión inteligente de ciudades. La improvisación, en términos de ciudad, cuesta caro.
  • Tecnología: Poner la tecnología y sus beneficios al servicio de las personas para hacer las ciudades más inteligentes, sostenibles y humanas.

Todas estas consideraciones contribuyen al funcionamiento de ciudades más amigables.”

¿Cómo crees que serán los cambios que irán sucediendo en esta era post pandemia?

“Mucha tecnología, pero combinada con presencialidad: modalidad híbrida (trabajo, eventos, educación, salud). La conectividad se torna un recurso indispensable y se irá afianzando la idea de ciudades para la gente. La movilidad está siendo cada vez más multimodal y compartida. Así como también la transición energética comenzará a acelerarse. Los gobiernos comienzan a darse cuenta que migrar hacia un modelo de smart city ya no es una opción, sino una necesidad.”

¿Quiénes deberían ser los protagonistas esenciales de la transformación a Smart City? ¿En cuánto tiempo se puede lograr?

“Los protagonistas de las smart cities somos TODOS, porque todos hacemos ciudad. Desde ya que los gobiernos tienen el rol fundamental de establecer el marco, las políticas públicas que dan lugar a la transición hacia ciudades inteligentes. El sector privado posee la capacidad de innovación, infraestructura y soluciones ya diseñadas que pueden ponerse al servicio de las ciudades. Pero es importante tener presente que todos nosotros, como ciudadanos/as, tenemos un rol protagónico en el tipo de ciudad en la que queremos vivir. ¿Cuidamos el ambiente? ¿Participamos en la toma de decisiones de nuestro barrio? ¿Nos involucramos en proyectos que tengan impacto en nuestras ciudades? ¿Somos conscientes de los datos que generamos? ¿Qué uso hacemos de la tecnología? ¿Somos responsables? Preguntas que debemos comenzar a hacerlas y responderlas.”

¿Cómo pensás que serán las ciudades en el futuro? ¿Qué debemos mejorar para alcanzar la optimización?

“Primero, tener presente y ser conscientes que las ciudades del futuro serán fruto de lo que estamos haciendo hoy en las ciudades. Nuestro accionar, cada vez más influenciado por la transformación digital y el impacto tecnológico, dará lugar a nuevos tipos de ciudad: más conectadas, más tecnológicas, ciudades 'touchless', con plataformas compartidas, con movilidad multimodal, más verdes y, ojalá, más humanas e inclusivas.”

“Una Ciudad Inteligente es aquella que coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora Tecnologías de la Información y Comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana. Al promover un desarrollo integrado y sostenible, las smart cities se tornan más innovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, mejorando así las vidas de sus habitantes. Hacia allí debemos apuntar.”


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