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Enero/Febrero 2021 - Año XXX
Al borde de la línea

En el año de la pandemia también hubo obras para celebrar

"Que el equipaje no lastre tus alas”. Joaquín Sabina

Al finalizar un año tan particular, que seguramente quedará en nuestra memoria por haber sido el año de la pandemia, del coronavirus, varias reflexiones asoman casi naturalmente que nos permiten abordar tiempos futuros con una mirada más amplia, en virtud de la experiencia adquirida.

Ante el desconocimiento de los efectos del covid y su manera de actuar, los países de todo el mundo instrumentaron medidas inéditas, algunas efectivas, otras equivocadas, y muchas ensayadas a prueba y error. La cuarentena, el aislamiento y el distanciamiento pusieron en escena una nueva manera de vivir, de actuar, de trabajar y de pensar.

En el mundo de la arquitectura se abrió, además, una puerta por demás interesante para la discusión sobre cómo será, si es que toma forma propia, la arquitectura y el urbanismo postcovid.

Como una muestra clara de que siempre “el mundo sigue andando”, la arquitectura y la ingeniería presentaron en el cierre del año varias obras que se han posicionado como destacadas o preferidas.

Hemos tomado un puñado de esos trabajos, los elegidos por la revista de arquitectura digital Dezeen, un lugar visitado por más de 3 millones de personas cada mes y considerado el mejor blog en la materia con la selección de los mejores proyectos. Sus responsables han elegido un conjunto de obras a las que define como “las preferidas del año”, muchas de ellas postuladas además para ser premiadas por el mismo sitio como “las mejores” del 2020.

Una iglesia barco-fuelle, dos singulares escaleras y un hotel para mascotas forman parte de esta selección que permite cerrar el año presentando lo que se hizo, antes de penar por lo que no se pudo hacer.

Las escaleras tan queridas

“Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente”. Julio Cortázar

Helicoidal hacia el cielo. El arquitecto ganador del premio Pritzker, el japonés Tadao Ando (79), ha construido un par de escaleras helicoidales de hormigón alrededor del centro del Museo de Arte He, las cuales conectan las galerías, iluminadas desde arriba por un óculo.

El Museo está hecho de una pila de discos de hormigón escalonados que se envuelven alrededor de esas escaleras y es uno de los cinco candidatos en el rubro edificio cultural del año en los Premios Dezeen 2020.

Fue encargado por He Jianfeng, hijo del multimillonario He Xiangjian, para albergar la colección de arte chino contemporáneo de la familia.

Los discos de hormigón que componen el museo se extienden desde la planta baja hasta la cuarta, envueltos por una fachada de listones verticales.

El corazón del museo es su patio central, que alberga estas escaleras espirales tan llamativas y singulares, conectando los cuatro pisos y enmarcando un óculo que funciona como un tragaluz y ayuda a maximizar la luz natural interior.

El engaño en escalones. La definición del infinito tiene su complejidad en el mundo de las matemáticas, pero sin dudas una de las lecturas más llamativas es que en su inmensidad el todo no es mayor que ninguna de sus partes. La serie infinita de los números naturales, por caso, no es mayor la de los números impares. Al ser ambas infinitas esa aparente disparidad se diluye.

Algo similar ocurre con esta escalera diseñada en la Stairway House de Nendo, Tokio, Japón, que es un todo pero no menos que sus partes.

La casa se define por una escalera que cruza sus tres pisos y continúa a través de la fachada acristalada hasta el jardín.

Aunque no se puede utilizar para navegar por los pisos, crea una conexión entre las diferentes partes de esta casa que cobija a tres generaciones de una misma familia.

Stairway House está situada en Shinjuku, un barrio de Tokio conocido por sus edificios iluminados con neón, sus bulliciosas calles y su vibrante vida nocturna. La casa reemplazó a una propiedad más pequeña con entramado de madera que se había visto ensombrecida por los edificios circundantes.

La planta baja se ha asignado a la pareja mayor de la familia y sus ocho gatos, mientras que los dos pisos superiores corresponden a la pareja más joven y a su hijo.

Para evitar que las familias se sientan aisladas se erigió la amplia estructura similar a una escalera que une todos los niveles.

El acero se utilizó para crear la estructura dentro de Stairway House, mientras que el hormigón se ha utilizado para hacer los escalones exteriores.

Una pequeña sala de juegos para los gatos y los baños están escondidos dentro de la estructura, así como una escalera real para acceder a los pisos superiores. Los escalones externos están salpicados de una gran variedad de plantas en macetas.

Dos hoteles, entre paisajes y mascotas

La cueva, el comienzo de todas las cosas. El estudio griego Kapsimalis Architects ha convertido un grupo de antiguas casas, graneros y sótanos en la isla de Santorini en un hotel con habitaciones en cuevas que se ha convertido en uno de los más atractivos del 2020.

Ubicado entre edificios que forman el borde del pueblo de Odi, el Saint Hotel desciende sobre un acantilado junto al mar. Cada nivel tiene vistas a la bahía volcánica, con habitaciones excavadas en la empinada ladera.

Dieciséis habitaciones se abren a terrazas privadas con piscinas, separadas por paredes blancas brillantes y conectadas a través de una escalera central que atraviesa el sitio.

Seis de estas habitaciones ocupan estructuras originales y restauradas, mientras que las restantes son de nuevo diseño.

Las superficies de las habitaciones y los muebles son blancos, imitando las fachadas pálidas de las casas a lo largo de la costa. Kapsimalis quería que el proyecto simpatizara con las formas arquitectónicas tradicionales de la zona, pero no evitó usar nuevos materiales.

“Las técnicas utilizadas son sintéticas y favorecen la integración del nuevo complejo en el antiguo tejido urbano y el paisaje volcánico”, explicó.

Enemigos íntimos. No son pocos los estudiosos que aseguran que la vieja disputa entre perros y gatos no es más que un mito, una leyenda animal. Eso parece que no fue considerado por el creador del hotel para perros y gatos, un alojamiento para mascotas en Parada, Portugal, construido por el arquitecto Raulino Silva sobre un antiguo viñedo.

Tres bloques de color blanco grisáceo claro, conectados por pasillos externos, forman el complejo hotelero, preseleccionado entre los candidatos a ser premiado como el edificio hotelero del año.

Los dueños pueden traer a sus animales para quedarse y disfrutar del hotel, que incluye un salón de aseo, patios de juegos y una piscina. Un veterinario tiene su consultorio en uno de los bloques.

Al otro lado del patio se encuentra el alojamiento para gatos, con doce habitaciones individuales orientadas hacia un área de juego iluminada por una gran claraboya.

En un bloque separado, para minimizar el antagonismo, están las habitaciones para perros.

Para aprovechar el terreno en pendiente, este volumen es de dos plantas con una zona de duchas y un vestuario al que se accede por una escalera caracol.

Los templos divinos

A pesar de no marcar desde hace siglos el rumbo de la arquitectura, los templos religiosos siguen siendo edificios singulares, en los cuales se analiza su forma pero también siempre hay un juego singular y delicado en el manejo de la luz, de los colores y de las sensaciones. Por eso también forman parte de los edificios destacados del año.

Génesis. El estudio británico Denizen Works creó esta capilla para funcionar como iglesia y como centro comunitario y que está amarrada cerca del Parque Olímpico Queen Elizabeth. La obra se caracteriza por su techo expandible, inspirado en los fuelles de los órganos de la iglesia y las furgonetas camper Volkswagen, diseñado para llamar la atención sobre el lugar.

“Nos cautivó la forma escultórica de esos fuelles y queríamos que nuestro techo compartiera esta cualidad formal que establecía un sutil vínculo poético con la arquitectura eclesiástica”, señalan los autores del trabajo.

El techo está accionado por pistones hidráulicos y está hecho de lona translúcida revestida con luces LED, destinadas a evocar una “baliza iluminada”.

Se puede bajar con solo presionar un botón, lo que lo transforma en una estructura baja que puede pasar a través de los túneles del canal.

El exterior está pintado en tonos marítimos, adornado con un patrón en zigzag en el techo que refleja la costura de la vela que se utilizó para crear los fuelles.

Se accede por el centro del barco, y el espacio de reunión principal está en la parte delantera.

Los interiores están revestidos de madera clara y piso de linóleo verde oscuro, abierto a cualquier simbolismo religioso. La sala principal está pensada como una galería acogedora que se transforma en un espectacular espacio cuando se levanta el techo.

El cosmos y la luz, sin estridencias. En la Iglesia de la Beatificada Restituta diseñada por Atelier Štěpán, en Brno, República Checa se destacan dos elementos que siempre han sido claves a la hora de interpretar un espacio religioso: la luz, símbolo de la divinidad, y la cúpula, que representa el cosmos, la morada del Señor.

Esta iglesia circular ubicada dentro de una urbanización en Brno está coronada con una ventana panorámica en tonos de arco iris.

El estudio Atelier Štěpán quería que la iglesia de hormigón fuera un lugar de contemplación lejos del bullicio de la vida moderna, dedicada a la enfermera María Restituta Kafka.

La cúpula está iluminada por la luz que entra a través de una vidriera de colores del arco iris. Las paredes se han dejado al descubierto y la única decoración es la luz que entra a través de una vidriera de colores del arco iris en la parte superior del tambor de concreto.

“En el período barroco, el interior de la iglesia estaba cubierto de representaciones religiosas, porque los visitantes no sabían leer. Hoy vivimos en un mundo lleno de información, de sensaciones visuales, por lo que la iglesia debe servir como un espacio para la contemplación, despojado de sensaciones superfluas visuales”.

Štěpán eligió una forma circular como símbolo religioso del cielo y la eternidad. La cúpula sobre el anillo de ventanas representa el cielo sobre la ciudad.

“Seguramente hay asuntos que nos trascienden. Si hay alguna forma de interpretarlos arquitectónicamente, lo intenté en la forma de la cúpula. Tanto a nivel consciente como inconsciente, la luz en una iglesia representa la existencia del mundo más allá nuestra experiencia física”.n

Hoteles, escaleras e iglesias. Variedad de tipologías, distintas maneras de interpretar el espacio y el movimiento. Algunos de los muchos rubros que integran el fascinante mundo de la arquitectura y de la ingeniería que nunca, ni en la más terrible de las pestes ni en las más dolientes de la guerra, ha dejado de de generar respuestas y ensayar espacios para cobijar al hombre, para hacerlo sentir bien y para contribuir, desde su arte, a hacer de este un mundo mejor.


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