Las nuevas tendencias sociales, junto con la creciente disponibilidad de una tecnología de comunicaciones portátil, potente y asequible, han evolucionado hacia la adopción del teletrabajo como un emergente natural para hacer frente a diversos problemas: el medio ambiente, los excesivos tiempos de traslado entre el hogar y la oficina, la búsqueda de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el aumento de la flexibilidad y la necesidad de dar una respuesta rápida a las oportunidades que se presentan en la nueva economía global.
El teletrabajo se puede definir como el acto de cumplir todas o una parte de las funciones del trabajo desde una locación alternativa: la casa, un café, una oficina satélite o cualquier otro sitio con conectividad. El trabajo va hacia donde estemos y ya no es necesario “atarse” a un escritorio para desarrollar las tareas cotidianas. El teletrabajo es, en definitiva, un componente clave que está impulsando la reestructuración de las actividades laborales bajo una organización virtual que viene acompañada de una nueva manera de pensar el diseño y construcción de los espacios de trabajo, basada en la flexibilidad.
Por definición, los nómades digitales son personas que aprovechan la tecnología para trabajar de forma completamente remota. Ellos viven sin dirección fija y están mostrándole al mundo no solo que esto es posible, sino que vale la pena dejar todo para realizar proyectos personales.
Los teletrabajadores no dependen de una base fija para realizar sus actividades, por lo que es posible combinar el trabajo con el viaje.
Como el origen de la palabra que los clasifica ya dice: nómade es la persona que no tiene vivienda fija, que vive permanentemente cambiando de lugar. Es así como los nómades de los siglos pasados entendían su estilo de vida: libertad y flexibilidad formaban parte de su esencia. En su mayoría, son empresarios y profesionales liberales que se cansaron de la rutina impuesta por el modelo tradicional de trabajo y decidieron establecer su propia rutina y prioridades.
Hay varios aspectos importantes en la vida de las personas que deciden trabajar viajando. Entre ellos seleccionamos los 3 principales:
La tecnología es su gran aliada: El uso de la tecnología es uno de los elementos clave en la vida de estos trabajadores. Siempre están conectados, compartiendo contenido y trabajando. Estas personas han adaptado toda su vida laboral para que las actividades puedan realizarse desde cualquier lugar y en cualquier momento. Para su trabajo, sólo necesitan acceso a Internet, un ordenador o cualquier otro dispositivo móvil.
Rutina minimalista: Como casi toda actividad humana, vivir viajando tiene sus costos. A pesar de que los nómades digitales no son mochileros ni buscan un estilo de vida completamente exento de costos, muchos intentan ahorrar al máximo y son adeptos al estilo de vida minimalista. Pero no debemos confundir el minimalismo con la falta de ganas de ser exitosos financieramente.
Las personas que eligen este estilo de vida son conscientes de la necesidad de ganar dinero. Incluso, la mayoría de ellos son emprendedores y “freelancers” que utilizan plataformas en línea para ofertar y vender sus servicios.
Varias opciones de actuación: A pesar de ser un estilo de vida reciente, el número de personas que decide dejar de desarrollar sus tareas en ambientes convencionales de trabajo para convertirse en emprendedores online crece cada vez más. Los negocios digitales están en la cima de las actividades más atractivas en el mundo moderno por proporcionar flexibilidad, comodidad y gran libertad profesional. Además, la calidad de vida de las personas que trabajan por cuenta propia tiende a ser mucho mayor.
Para empezar, tienen horarios más flexibles, lo que brinda más tiempo libre para divertirse, aprovechar la familia y los amigos e invertir en la propia salud. Pero lo que parece llamar más atención de quien quiere ser un nómade digital es la posibilidad de trabajar como mejor les parezca. Las opciones de actuación son variadas y van desde emprendedor digital hasta profesiones consideradas más tradicionales como la de profesor.
La mayoría de los nómades digitales se gana la vida trabajando exclusivamente por Internet, ya sea administrando un blog, vendiendo conferencias, dando clases y consultorías, desarrollando sitios web, etc.
Generalmente son especialistas en sus áreas de actuación y por eso logran ofrecer sus servicios de calidad a sus clientes y consumidores.
Por estar en constante movimiento, ellos dependen de la tecnología para realizar sus actividades. Es por eso que es posible trabajar en casa o en ambientes públicos como bibliotecas, cafés y espacios de coworking, que son cada vez más comunes, principalmente en los grandes centros urbanos. Los espacios coworking son minimalistas, priorizan la interacción entre las personas y permiten el acceso a Internet, con la ventaja obvia de que todos están allí para trabajar. Por lo tanto, no comprometen su productividad. Ellos también son una buena alternativa para llevar la soledad que puede ser recurrente en la vida de quien trabaja viajando.
Existen diferentes variantes de llevar una vida flexible, sin dirección fija y trabajando de forma remota. El secreto de los nómades digitales es la capacidad de evitar los aspectos negativos y aprovechar todas las oportunidades de negocio que surgen.
Ventajas
Pero si podemos hacer las tareas en cualquier momento y desde cualquier lugar, ¿para qué ir a la oficina?
A pesar de los enormes avances de la tecnología (y tal vez debido a eso), el mundo se ha vuelto demasiado complejo para las soluciones individuales. La movilidad, la flexibilidad y la colaboración están en el centro del panorama laboral actual y la oficina, lejos de estar en vías de extinción, se reconvierte en el escenario por excelencia del trabajo colaborativo.
Por esa razón, el diseño de oficinas modernas se ha convertido en un gran desafío para quienes diseñan espacios corporativos y una estrategia clave para incentivar la colaboración y la creatividad. Actualmente, la interacción entre las personas y los encuentros casuales representan un recurso valiosísimo para las empresas, ya que ayudan a promover el conocimiento entre los colaboradores, compartir experiencias y fomentar la creatividad y la innovación.