El sitio de la construcción del sur argentino

Septiembre 2014 - Año XXIII
Editorial

Por políticas efectivas hacia el uso de energías sustentables

por Ing. Ricardo R. Kloster - Director
N

uestro país destina, actualmente, un porcentaje importante de sus recursos a la importación de gas licuado, para hacer frente a las altas demandas tanto del sector domiciliario, como del industrial y comercial. Si bien las expectativas futuras respecto a alcanzar el ansiado y necesario autoabastecimiento energético son alentadoras, sobre todo cuando el desarrollo del área “Vaca Muerta” comience a brindar sus frutos, es hora de que el desarrollo y uso de las energías sustentables y renovables sea considerado con la debida atención, con una adecuada normativa que sea beneficiosa para aquellos que invierten en su generación y se mantenga invariable en el tiempo, como política de estado.

Solamente la provincia de Buenos Aires posee una capacidad de generación de energía eólica similar a la de Alemania, el país con mayor potencia instalada de este tipo. Sin embargo, el tener condiciones ambientales favorables no alcanza para que se desarrollen proyectos sustentables. Los altos costos de los equipos y repuestos -practicamente todos importados- y la falta de redes eléctricas tipo malla, de cuadrícula cerrada, que complementen las radiales del actual sistema interconectado, sumado a la imposibilidad de una venta de los excedentes energéticos en condiciones favorables para los que la generan, conspiran contra su afianzamiento y crecimiento.

Durante los ‘90 se crearon varios parques eólicos en algunas áreas de la provincia de Buenos Aires -las cooperativas eléctricas de Punta Alta, Darregueira, Mayor Buratovich, Tandil y Nechochea son algunos ejemplos-, pero luego, en su mayoría, estas entidades tenían los generadores parados, por falta de repuestos e incentivos para su funcionamiento.

Otros países avanzan en una legislación adecuada que favorece un consumo razonable de la energía, con franjas horarias con distintos valores tarifarios, y brindan las herramientas necesarias para dar paso firme a la generación de energías renovables. Colombia, por caso, permite que quienes produzcan energía para su propio consumo mediante autogeneradores, puedan vender sus excedentes al mercado, integrándolas al sistema interconectado nacional. También ofrece tratamientos impositivos más favorables para quienes generen energía del tipo solar, fotovoltáica o eólica.

Bahía Blanca fue sede, hace pocos días, del 1er. Congreso de Energías Sustables. Especialistas de renombre nacional dictaron conferencias y brindaron exposiciones que volvieron a poner en un lugar primordial la producción de energía en forma amigable con el medio ambiente. Sólo hace falta un rol más activo del estado, con políticas que propicien su generación y permitan que, en un futuro no muy lejano, sistemas alternativos cooperen para ir reemplazando a los clásicos combustibles fósiles.

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